La Comunidad Judía de España, compuesta por unas 45,000 personas, celebra este sábado 27 de marzo, con la salida de las primeras estrellas, la festividad de Pésaj, la Pascua judía, durante la cual, este año, los rabinos de España entonarán una oración especial en memoria de los fallecidos por la Covid-19, por la recuperación de los enfermos y por las familias que están sufriendo.
Los judíos recuerdan en este día la salida del pueblo judío de la esclavitud de Egipto, hace 3.300 años, liderados por Moisés, el paso por el desierto durante 40 años y la llegada a Canaán, la tierra prometida.
Este año, al igual que en 2020, la cuarentena por la pandemia imposibilitará los encuentros familiares en torno a la mesa de una de las festividades más solemnes del calendario judío, según informa la Federación de Comunidades Judías de España (FCJE).
Es tradición prepararse para Pésaj con una limpieza profunda. Las familias limpian a conciencia las casas y algunas guardan el menaje de uso diario en la cocina para sustituirlo estos días de Pascua por una vajilla especial.
Además, durante la semana que dura esta fiesta no se consumen alimentos fermentados en recuerdo de la premura por salir de Egipto que impidió hacer pan con levadura. La Matzá (pan ácimo) sustituye al pan normal.
La gran cita de Pascua es la noche del Séder, la cena pascual, que este año se celebra el sábado 27 de marzo. Esta noche es especial porque recuerdan en familia el capítulo de la salida de Egipto, y adornan la mesa con un plato especial (keará) que contiene seis alimentos simbólicos que evocan la historia de los israelitas.
Estos alimentos son: el ‘maror’, hierbas amargas frescas que simbolizan el sufrimiento del pueblo durante la esclavitud; el ‘jazeret’, tronco de lechuga que simboliza la dureza de la esclavitud; y el ‘jaroset’, una pasta dulce de color marrón, mezcla de diversos frutos secos, manzana y miel que representa la argamasa que los israelitas esclavos fabricaban en Egipto.
También destacan otros como: el ‘karpas’, una verdura de sabor amargo (perejil o apio) que se moja en agua salada en recuerdo de la venta de José por sus hermanos que fue la causa del exilio en Egipto; ‘zeroa’, muslo de pollo o carne cocida que recuerda el sacrificio del cordero que hicieron los israelitas en Egipto; y ‘beitzan’, huevo cocido con su cáscara que simboliza el sacrificio que se ofrecía en el Templo de Jerusalén.
Asimismo, es tradición que el más pequeño de la casa pregunte por el significado de la celebración y es la explicación la que recuerda este capítulo de la historia.
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