La mañana esplendida, con esa humedad de verano que nos estimula a todos los seres vivos.
Los cantos de los pajaros multiplicados con su mensaje de bienvenida a un nuevo dia.
Caminabamos mi nieta y yo alrededor del lago de Chapultepec.
Pocas veces tengo ese privilegio, pero ese fue uno de esos dias.
Platicabamos de todo y de nada, de pronto ella se agacha toma una pequeña piedra y la arroja hacia arriba al cielo; inevitablemente la piedra regresa y cae al lago, inmediatamente al choque con el agua del lago se empiezan a formar paulatinamenmte unos circulos que se van agrandando despacio alrededor de la piedra.
- – Te das cuenta de lo que sucede, le pregunto
- – De que abuelo.
- – Al tocar la piedra el agua ve los círculos que se van formando
- – Es natural, ¿qué me quieres decir con eso abuelo.?
- – Que es una foto simplificada de lo que es la vida… El ser humano nace y a medida que crece y se desarrolla le llega su momento…
Es arrojado al lago de la vida, el es el centro de su todo, y empieza a generar ondas cada vez mas amplias como lo acabas de ver con ese guijarro que has lanzado al lago.
– Es un destino no escogido por nosotros, pero cierto.
Igual que esa piedrita las hondas que generaremos siendo nosotros el vértice, no tenemos ni idea de cuantas y de que tamaño puedan ser.
Existe el bien, existe el mal y está la conciencia.
Hay la capacidad de razonar y decidir.
Es un destino humano, unicamente humano, que no podemos soslayar.
Finalmente es misión de vida, piedra de toque…
– Hay abuelo tu si que eres complicado, si solo fue una piedrita y ondas en el agua.
– Piensa en lo que te he dicho hoy le dije, dandole un beso.
Reimos los dos y nos encaminamos a la casa a desayunar.
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