En mi habita la certeza de Tu existencia.
Tu mano prodigiosa se deja ver todos los días reflejada en la naturaleza.
Tu misericordia aparece y es, reflejada a lo largo nuestro días.
Tu lenguaje es inteligencia, pues hablas con hechos y silencios.
Toda la creación es un reflejo de tu sabiduría.
Tu presencia se torna indudable porque hay un principio y un final.
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