Días de angostura

Por:
- - Visto 232 veces

Reflexión.

“Amarás a tu prójimo como a ti mismo”.
Levítico 19: 18

La destrucción
y sus causas.


En todos los rezos judíos, se insiste en reconocer nuestras faltas individuales o colectivas. En todas ellas se insiste en el arrepentimiento y modular cierta dosis de culpa, a los fines de introyectar responsabilidades por acción o por omisión y de esta manera, generar barreras o defensas para evitar volver a caer en el pecado o la transgresión.

El templo perdido.

Al bucear en las fuentes bíblicas, en los Salmos y en los dichos de los profetas, dos tópicos que repiten con insistencia, la primera es la idolatría (adorar otros dioses o ídolos o personas o a los astros o planetas, o a toda piedra o al dinero) que es una falta contra D’os, y la segunda es las faltas que cometemos contra nuestro prójimo en diversas circunstancias y situaciones.
Fue justamente esta última, la causa de la destrucción del Segundo Templo o Beit Hamikdash, ya que la Shejiná o divina presencia no puede residir en medio de la inmoralidad social, aún cuando la liturgia y todos los sacrificios sean correctamente ofrecidos desde un punto de vista técnico.
El relato Talmúdico de Kamtza y Bar Kamtza, es demostrativo y ejemplificador, una muestra de aquello que Hashem rechaza.
Aquello que provoca en el otro dolor, angustia, rechazo, distanciamiento, odio y rencor y que duda cabe al final de todo desemboca en enfrentamientos y destrucción.

No cabe duda que el constructor del mundo conoce los puntos débiles o de falla de su creación. Por ende, entregó la Torá que es su código de leyes y de instrucción moral, a los fines que todo ser humano tenga un manual o guía de donde aferrarse a los fines de errar lo menos posible.
Igualmente, nosotros los humanos, también en ciertas ocasiones, podemos intentar adaptar la Torá y hacer de ella nuestra propia “Torá personal” que encaje con nuestras apetencias o deseos, de forma tal de pensar que cumplimos con el Todopoderoso, aunque en realidad lo que hacemos es buscar nuestra propia conveniencia o comodidad o alcanzar nuestros propios intereses personales y egoístas que no coinciden con el deseo divino. Y esto incluye el engaño del otro, y algo que es mucho peor el autoengaño.

Torató o Toratí?.

Y esta es la cuestión o la pregunta: “Torató es la Torá de Él, o por el contrario es mi Torá personal”. No cabe duda que no todos podemos llegar a la condición de hijos y esclavos de D’os. Es decir, subyugarnos a su voluntad, y no pretender que el sea el D’os aquel ente que nos sirve como un proveedor(obligado) de abundancia material y espiritual.

Amar y la solución.
Final.

El rabino Akiva, o Akiva ben Iosef, quien fuera un Taná o sabio de la Mishná o Ley oral (50 d.c-135 d.c), dice sobre el precepto de “Amarás a tu prójimo como a ti mismo” que se trata de una gran regla en la Torá. Por otro lado, el Sabio Hilel, o Hilel el anciano (110 a.c -10a.c), gran maestro judío y autoridad en halajá o la ley judía y sus tradiciones sentencia: “no hagas a otro lo que no quieras que te hagan a ti. En esto consiste toda la Torá, lo demás es solo explicación”.
Y los rabinos manifiestan: “si estamos mal por el odio gratuito entre hermanos, no cabe duda que la cura debería ser el amor gratuito o algo así como un amor generoso y desinteresado para con nuestros semejantes”. Persiguiendo con esto, el deseo y el mandamiento del Creador independientemente de mis ideas o intereses.
Mi madre Aida k. de Daitch Z”L siempre decía que:” nuestra riqueza reside en el amor que es nuestra capacidad de dar o de brindarnos o asistir o ayudar a los demás (material y/ o espiritualmente), y no en estar constantemente fijados en nuestros deseos de recibir del otro a toda hora y en todo lugar”.
Obvio, y no contradice esto, las legítimas aspiraciones y necesidades personales, o tener una buena y óptima autoestima, pero, el epítome (ejemplo ideal o paradigmático de caso) debe buscarse en dirección contraria.
El D’os de la verdad completa no admite las medias tintas en la conducta humana. Y también nos advierte que frente a Él no hay” caja chica”. Las cosas que evaluamos como grandes o importantes no pesan mucho mas ante sus ojos que nuestros problemas domésticos.
Para concluir, puede que, buceando en estas aguas del pensamiento, logremos entender la causa de nuestros sufrimientos (y perdidas) y el tener que pasar días de angostura, y nos impele a explorar más frecuentemente la receta que aspira a lograr ser ese judío o íd(en idioma idish) solidario y genuino, para nuestro propio bien y el de nuestros semejantes.
Conclusión: el cumplimiento de los preceptos y el desarrollo de las virtudes morales deben siempre ir de la mano.
Shavua Tov!

Deja tu Comentario

A fin de garantizar un intercambio de opiniones respetuoso e interesante, DiarioJudio.com se reserva el derecho a eliminar todos aquellos comentarios que puedan ser considerados difamatorios, vejatorios, insultantes, injuriantes o contrarios a las leyes a estas condiciones. Los comentarios no reflejan la opinión de DiarioJudio.com, sino la de los internautas, y son ellos los únicos responsables de las opiniones vertidas. No se admitirán comentarios con contenido racista, sexista, homófobo, discriminatorio por identidad de género o que insulten a las personas por su nacionalidad, sexo, religión, edad o cualquier tipo de discapacidad física o mental.


El tamaño máximo de subida de archivos: 300 MB. Puedes subir: imagen, audio, vídeo, documento, hoja de cálculo, interactivo, texto, archivo, código, otra. Los enlaces a YouTube, Facebook, Twitter y otros servicios insertados en el texto del comentario se incrustarán automáticamente. Suelta el archivo aquí

Artículos Relacionados: