Un destacado instituto para el estudio del antisemitismo parece pensar que la manera de abordar el creciente flagelo es darle una plataforma a un profesor judío que ha acusado a Israel de “limpieza étnica” y “apartheid”.
El Instituto Birkbeck para el Estudio del Antisemitismo de la Universidad de Londres ha anunciado que el 27 de junio recibirá al profesor Derek Penslar de la Universidad de Harvard para discutir “La guerra de Palestina de 1948”.
El título de la conferencia da una idea de la inclinación de Penslar. La forma común e históricamente precisa de referirse a ese conflicto es “la Guerra de Independencia de Israel” o “la Guerra Árabe-Israelí de 1948”. Obsérvese cómo el título de Penslar crea una “Palestina” cuando en la década de 1940 no existía tal nación independiente. La Palestina del Mandato fue una entidad geopolítica que existió entre 1920 y 1948 en la región bajo los términos de la Liga de Naciones; Allí vivían tanto árabes como judíos.
La descripción oficial de la charla de Penslar dice que discutirá “actitudes hacia la partición de Palestina y la consiguiente guerra árabe-israelí”. El problema es que no había ninguna partición. Era sólo un plan de las Naciones Unidas. Y no hubo una “guerra árabe-israelí subsiguiente”. Hubo una invasión de cinco ejércitos árabes regionales para aniquilar a los judíos e impedir que se implementara cualquier plan de partición.
¿Por qué Penslar no quiere llamar la atención sobre el hecho de que los árabes fueron los agresores en 1948? Porque su opinión públicamente declarada es que Israel es una entidad vil, racista y asesina.
En una entrevista con el Jewish Chronicle, con sede en Londres, el 14 de marzo de 2013, Penslar afirmó: “Lo que les pasó a los palestinos [en 1948] no fue genocidio. Fue una limpieza étnica”.
En un artículo en Fathom en abril de 2021, acusó a Israel de “perpetuar la opresión, la resistencia y el odio”. También afirmó escandalosamente que “Israel tiene su parte de responsabilidad” por todas las guerras árabe-israelíes que han tenido lugar desde 1948.
En agosto pasado, Penslar firmó una petición que difamaba a Israel como un país de “apartheid” y “supremacismo judío”.
Penslar y sus compañeros firmantes de la petición también calumniaron al gobierno de Israel como “un régimen de apartheid” y pidieron a la administración Biden que “restringiera el uso de la ayuda militar estadounidense en los Territorios Palestinos Ocupados”.
Su exigencia de restringir la ayuda estadounidense va mucho más allá de la retención por parte de la administración Biden de algunas bombas de Israel por sus acciones en la ciudad de Rafah, en el sur de Gaza. Este profesor de Harvard quiere impedir que toda la ayuda militar estadounidense a Israel se utilice en cualquier lugar de los territorios que reclaman los árabes palestinos, no sólo en la Franja de Gaza.
Si Penslar se saliera con la suya, los soldados israelíes no podrían utilizar rifles de fabricación estadounidense mientras custodiaban sinagogas y jardines de infancia en numerosos barrios de Jerusalén, incluido el barrio judío de la Ciudad Vieja.
El último libro de Penslar, Sionismo: un estado emocional, arroja más luz sobre su sesgo extremista antiisraelí. Es esencialmente un intento de psicoanalizar a todo el pueblo judío y denigrar el patriotismo sionista calificándolo de emocionalismo irracional y exaltado.
En una entrevista reciente con el New Jersey Jewish Standard, Penslar explicó su perspectiva retorcida. Desde 1948, declaró, los judíos estadounidenses han apoyado a Israel por “un amor casi erótico”. Según el profesor, “Era el amor de un nuevo cuerpo judío, hombres bronceados, viriles, como Paul Newman, mujeres en pantalones cortos. … Cada vez más personas [estaban] usando el lenguaje de enamorarse de Israel, que no se había escuchado antes. … Se trataba de amor. Sobre eros. Los soldados israelíes son un componente esencial”.
A principios de este año, Penslar declaró en entrevistas con The Boston Globe y Jewish Telegraphic Agency que las afirmaciones sobre antisemitismo en el campus de Harvard eran “exageradas”. Así es. En medio de un huracán de antisemitismo sin precedentes en Harvard, lo descartó como una “exageración”.
¿Es esta la manera que tiene el Instituto Birkbeck de estudiar el antisemitismo? ¿Al promover a un orador que difunde insultos antiisraelíes sobre “apartheid” y “limpieza étnica”, que retrata al sionismo como una especie de condición psicótica y que intenta minimizar la evidencia del antisemitismo?
Tal vez sea hora de que el instituto estudie el papel de los críticos judíos extremistas de Israel en el fomento del antisemitismo, proporcionando cobertura a los que odian a quienes les encanta decir: “¿Ves? ¡Incluso este profesor judío dice que Israel es malvado! ¡Eso lo prueba!
Moshe Phillips es un comentarista de asuntos judíos cuyos escritos aparecen regularmente en la prensa estadounidense e israelí.
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