“Nunca es más grande el hombre que cuando está arrodillado ante Dios.”
(Blaise Pascal)
A mis amigos Rodrigo R. Herranz, Juan Carlos Revilla,
Juan de Dios Portillo, Alfonso Herranz y Josip Varga, con cálido agradecimiento
Y a Begoña Llamas, concesionaria de la Cantina de La Estación, por sus amables, eficaces y cariñosos servicios. Aquí, se dió a luz este humilde escrito
Estoy en la azotea de nuestra casa de campo de Las Navas del Marqués, una de las maravillas de Castilla, y desde allí contemplo un jardín de ensueño plantado por mis manos y también cuidado, amorosamente por otras.
Doce son las Tribus de Israel, doce son los Apóstoles, doce son los meses del año… y ¡doce han sido los días de mi ayuno!
Escribe Yehudá Halevi, nacido en Sefarad, en su libro el Cuzarí, que el ayuno nos hace como ángeles, libres de determinaciones naturales. Y hay verdad en ello. El ayuno, unido a la oración, es la más formidable arma de combate espiritual contra el Maligno.
Durante la primera semana bebía agua de los manantiales de Las Navas, donde hago vida retirada, casi eremítica, entregado a escribir, a la lectura y meditación de la Biblia, los místicos españoles, el Cuzarí, la Imitación de Cristo, a Fray Luis de León, a Laotsé, a Amiel, Karol Woytila y a Joseph Ratzinguer.
He intensificado el aseo y el cuidado personal. Duermo mucho. Oro mucho, doy largas caminatas y me extasío con la belleza suprema de los bosques de pinos, jaras, robles, enebros y encinas.
He subido al pueblo y cotejo impresiones con el médico Don Germán de Andrés, quien me da saludables consejos y me he acercado, votivo, al Camposanto a poner flores en los sepulcros de mis amigos. En los restantes días, me abstuve de las tisanas con miel y sólo ingerí agua pura de las fuentes. Y así hasta hoy, día del Profeta Elías, ejemplo de vida, y a quién considero mi mentor, inspirador y maestro.
Han transcurrido doce días. Expulsadas las miasmas del cuerpo y del alma, he recobrado un vigor y agilidad inusitados, y los niveles de percepción se han agrandado hasta sus máximos límites. Sosiego, aire puro, baños de sol, silencio y soledad.
Me siento libre y contento. Es como si hubiese bebido del elixir de la eterna juventud, con menos kilos de peso y una mentalidad euforizante. Rompo el ayuno. Ahora toca unos días de frugal alimento.
Y como valeroso soldado de Josué ,de Gedeón,y macabeo,como ardiente caballero templario,combato sin tregua el peligro del Islam y a los enemigos de Israel .Sí,de Israel.Israel desde el rio Nilo hasta el Éufrates más la diáspora.
Mi tumba tendrá que esperar….
Mi tumba sabrá esperar y mis enemigos… tambien. Los amigos me tienen siempre.
¡Israel siempre, siempre Israel!
Antonio Escudero Ríos
Gran Maestre de la Orden Nueva de Toledo (Novus Toleti Ordo)
Anno Templi DCCCXXVI
Las Navas del Marqués.
Casa Jardín Bedela.
Cantina de La Estación.
20 de Julio de 2016, Festividad del Profeta Elías.
NOTA: En el año 1995, publicamos una edición facsimil de la Primera traducción de El Cuzarí. Aprovechamos la ocasión para hacer desde aquí un homenaje póstumo a Elie Wiesel.
SEGUNDA NOTA: Yo, Luis Madrigal Tascón, natural de la Bimilenaria Ciudad de León, cuna de las Legiones Sexta Victrix y Legio Septima Gemina, escriba y fedatario coetáneo de este, a mi juicio, maravilloso texto, de mi sincero amigo Don Antonio Escudero Ríos, CERTIFICO: Que todo cuanto en el mismo se dice, que para mí querría, responde rigurosamente a la verdad. Doy Fe.-
¡ Ole ! Muy bueno.