Y en la primavera florece el árbol, al poco tiempo se da el fruto, apenas visible y perfecto.
Después madura el fruto… Se da la cosecha y en ella la bendición de Dios.
Se trataba de celebrar el aniversario de cincuenta años de matrimonio de Cecy y Yo.
Las hijas, yernos y nietos con la voluntad y propósito de hacer esa fecha algo memorable… Si decirnos nada, ese día se adorno la puerta de la casa con serpentinas, globos recortados, corazones con nuestros nombres…
En nuestra recamara, serpentinas, corazones, globos de colores… Un gran recipiente de chocolates de todo tipo.
Navegaba yo en un barco cuando se acerca una de mis hijas. – Papá nos vamos a tomar fotos vamos… Entramos al lugar Cecy y yo… ¡Sorpresa ! Toda la familia se encontraba ahí reunida, no faltaba nadie… – Ustedes ahí adelante: nos dijeron: Dos sillas con unas camisetas estampadas con nuestros nombres y dos gorras. –Pónganse sus playeras…
Entonces todos con playeras y cachuchas con los nombres Cecy y Nissim.
Y empezó la proyección de un audiovisual que reflejaba todos los momentos de estos cincuenta años de matrimonio… — – Tere me estoy quebrando. –Pues quiébrate papá. Las lágrimas ya cubrían ni rostro, al poco rato Cecy también lloraba… Al son de nuestra canción de aquellos ayeres bailamos, después todos bailando alrededor nuestro. Es y fue inolvidable… Gracias a Dios.
Artículos Relacionados: