La localidad jienense de Úbeda también contó con una importante comunidad judía, de menor tamaño que otras de Andalucía, pero que ha dejado huellas evidentes de la importancia de la comunidad en el municipio.
Uno de los lugares más especiales es la calle Sol y Luna. Un nombre que no solo hace referencia a la astrología, sino a algo más: la alquimia. Esa práctica entre mágica y científica, que buscaba la transformación del plomo en oro y que los judíos llevaban a cabo, quizá a partir de los estudios griegos de Aristóteles. En la calle con ese nombre hay una casa, cuyos símbolos hacen pensar que existió un laboratorio de alquimia.
Pero la relación de Úbeda con la comunidad judía no se queda ahí. Hay restos de lo que fue una tenería: una fábrica de cuero y de tinte de pieles. Además, existía un pequeño mercado en una plaza de la localidad dónde imaginamos las tiendas que podría haber.
Las huellas de la cultura sefardí en nuestra comunidad son muy profundas y se mezclan con las de otras como la andalusí, con la que comparte numerosos elementos.
Artículos Relacionados: