Lo llaman héroe

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Bernard Kouchner nació en Avignon, Francia, en 1939, vivió en Paris donde su papa era medico, estudio medicina en la Sorbonne y se recibió en 1964. Fue miembro del partido comunista, pero lo echaron muy pronto por diferencias con los directores. En 1968 dirigió parte de las protestas de los estudiantes en la ‘rebelión de mayo’ desde la Facultad de Medicina en la Sorbonne.

Ese año viajo a Biafra donde trabajo en la Cruz Roja con otros 50 médicos. Volvió a Paris decepcionado por la no-intervención ante lo que ocurría y cofundo “Médicos sin Fronteras” -MSF- porque el sufrimiento y el dolor no admiten fronteras y se deben asistir a las víctimas de conflictos armados, epidemias y desastres naturales o causados por el hombre y a quienes carecen de servicios médicos por aislamiento geográfico y/o social. Hoy es una red internacional presente en donde quiera que haga falta sin discriminación alguna.

Koucher fue el primer director de MSF que se proponía, además de cumplir con los servicios médicos, llevar comida, material médico y esperanzas a los necesitados del mundo.


Así viajo por muchos países entregado a la tarea de aliviar el sufrimiento y defender a los necesitados,
Pero, en 1979. Tras un grave conflicto con los directores que abandonaban el “Principio de Testimonio”: dar a conocer al mundo las atrocidades que los médicos descubrían, en 1980.

Fundo otra organización: “Médicos del Mundo”, la cual ofrecía, además de la atención medica de emergencia y a largo plazo para poblaciones vulnerables, defender la igualdad de acceso a la asistencia médica en todo el mundo. Hoy funciona en muchos países.

En 1988 inició su carrera política en el marco de los gobiernos socialistas de Francia. Empezó como secretario de Acción humanitaria. En 1992 fue Ministro de Salubridad.

Formo parte del Parlamento Europeo de 1993 a 97, contribuyendo con su rica experiencia en salubridad.
En 1999 fue nombrado Representante Especial de la ONU en Kosovo donde trabajo 18 meses.

Volvió a Paris para ser Ministro de Salubridad por tercera vez. En 2007 fue Ministro del Exterior, pensaba que intervenir contra los dictadores era una prioridad global. En relación a Irán y su programa nuclear, dijo, en un mensaje de paz, de seriedad y determinación: “Se deben seguir las negociaciones hasta el final al mismo tiempo debemos prepararnos para lo peor…que es la guerra…Las amenazas son un peligro real para el mundo. Debemos pelear por negociar junto con los amigos europeos.”

En 2015 es líder de la Agencia para la Modernización de Ucrania en su capacidad de especialista en salubridad. Su trabajo y dedicación son una forma de Tikun Haolam.

En 2004, en memoria de Daniel Pearl, le preguntaron: ¿Qué significa para Ud. ser judío respondió, siguiendo a Sartre: Uno es judío porque así es señalado y no puede escapar. Yo soy judío porque mi padre lo era, mi madre era protestante y podría haber escapado. Lo que sucedió fue lo contrario. Soy medio judío. Una manera de sentirse doblemente judío ocurre cuando el enojo y la historia te obligan, Yo soy judío porque así lo decido.
¿Qué hacen los judíos? Hacen guardia, son los centinelas de la intolerancia.

Éramos un grupo pequeño que no quiso permanecer con los brazos cruzados ante las tragedias de otras personas. Combinamos nuestros esfuerzos en muchos lugares del mundo atendiendo.

A quienes sufrían de los mismos males y gritaban con la misma voz, sin tomar en cuenta su origen. Éramos médicos, una profesión útil más allá de las fronteras, dotada de un código ético universal. Dondequiera que los enfermos, los heridos, los hambrientos necesitaban ayuda, allá llegábamos, especialmente cuando estaba prohibido o era peligroso. No se equivoquen, esas actividades caritativas eran intensamente políticas. ¿Tratar de prevenir masacres y genocidios, proteger a los débiles no es precisamente el objetivo, la grandeza de la política?
Dado que la protección de los derechos humanos ya no es monopolio de los gobiernos, la opinión publica, los intelectuales, la sociedad en general están obligados a actuar.

Durante los últimos 40 años he practicado y buscado esta clase de hermandad humanitaria, he tratado de definir, de teorizar y promover la intervención humanitaria. Ha sido una manera de pelear contra lo obvio: Cada hombre es una batalla, potencialmente capaz de matar, ansioso de hacer el mal sin que siempre lo logre; un hombre ordinario puede convertirse en una maquina única de exterminio. Uno mata para vivir, para sentir el sabor de la inmortalidad; uno mata por aburrimiento y la testosterona alimenta el fanatismo religioso. Cuando uno es solo un hombre pequeño quiere tratar de abofetear a Kafka.

El derecho de intervenir en Kosovo y el este de Timor aunque sean experiencias sin terminar o fallidas como en Afganistán o Irak son empresas que demuestran la consideración de la comunidad internacional de cada hombre como su responsabilidad particular. Los niños de Chenya o Liberia también son nuestros niños.
¿Quiénes son los judíos? Son los centinelas, están pendientes, cuidan su negocio que es el mundo. Están atentos a las señales anunciadoras de masacres.

¿Qué hacen los judíos? Caminan por los campos de la muerte. Miden el barómetro de las crueldades humanas. En el momento que los judíos son atacados, las mujeres, los demócratas, las personas de visión y de fe moderadas están encaminados a seguir el ataque.

Las explosiones contra los Estados Unidos en Bagdad, en agosto de 2003, semejantes a las del 9/11, marcaron el final de una cierta inocencia y neutralidad. Los judíos son asesinados primero, después los americanos, luego aquellos que, a sabiendas o no, se han convertido en enemigos de la intolerancia y el fanatismo religioso.
Al lado de Daniel Pearl, tomados de la mano, todos somos judíos.

Acerca de Alicia Korenbrot

Nació en la Ciudad de México, terminó sus estudios de Filosofía en la UNAM, es Escritora y traductora. Actualemente reside en Israel.

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