VOLVER A CONECTARSE CON HASHEM.
El Shabat es la relación entre el Yehudí y Hashem. Cuando el Yehudí cuida Shabat, está teniendo una unión y conexión directa con nuestro creador.
Esa es la escencia del día de Shabat. Después de trabajar toda la semana y hacer esas “travesuras” toda la semana, el día de Shabat conecta el interior del Yehudí, con el creador y la única persona que lo puede sentir, es quien lo ha experimentado alguna vez en su vida.
EL SHABAT UNE A LA FAMILIA.
El Shabat no sólo nos conecta y une con nuestro creador, sino también nos une y retomamos esa relación con nuestros seres queridos. La persona que tiene ese mérito de compartir el Shabat con su familia, es una satisfacción muy grande y difícil de igualar; ya que unir al abuelo, con su hijo, nieto y en varios casos hasta el bisnieto, en pocas familias se ve; pero el Shabat lo logra fácilmente.
LA CONEXIÓN DEL YEHUDÍ POR MEDIO DEL SHABAT, NOS SALVA DE DAÑOS.
Cuando el Yehudí cuida el Shabat, Hashem lo protege de lo malo. Esto lo vemos en la historia de Purim. Cuenta el Midrash, que le dijo Haman a Ajashverosh: Si quieres deshacerte de los Yehudim, prohíbeles cuidar Shabat y después podrás acabar con ellos. Haman conocía la fuerza del Shabat y sabía que cuando un Yehudí cuida el Shabat, está conectado con Hashem y Hashem al estar conectado y unido con sus hijos, no puede dañarlos.
Saludos.
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