Reflexiones sobre la guerra

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A partir de todo lo ocurrido el sábado 7 de octubre pasado, una masacre calculada sin precedentes para el pueblo de Israel -cuando menos en su propia tierra- se han desencadenado procesos sociales sumamente complejos e inquietantes. De manera inevitable, ha surgido en mí una necesidad por entenderlos, quizá como una forma de digerir lo indigerible.
Lo sucedido me ha hecho replantearme que es ser judío y que es ser israelí; y como una ráfaga de luz entendí la indestructible unión del pueblo judío: un pueblo cuya memoria histórica del Holocausto creó toda una cultura de la fortaleza interior, un universo donde ser fuertes era la única forma de sobrevivencia.

La creación del Estado de Israel, sin embargo, no fue suficiente para una reparación histórica; más aún, por lo que el pueblo judío ha vivido y sigue viviendo, no ha tenido tiempo para esa restauración un Estado que desde sus inicios enfrentó guerras. Cuando pienso en el perdón para esa reparación interior-colectiva me parece irrelevante, es como si no hubiera habido necesidad de perdonar, pero porque no hay tiempo, porque nunca lo ha habido, nunca ha habido una tregua, nunca, así que solo ha quedado su subsistencia .
En Israel no se usa la palabra ‘resistencia’ para soportar, aguantar, el dolor interior, se usa la palabra resiliencia ‘josen’ en hebreo, interesante no? Resiliencia es la capacidad de reconstruirse frente al trauma, pero cuando aquí se habla de pos-trauma siempre me ha parecido que nunca hemos llegado al él, tampoco ha habido tiempo; aquí en la guerras, la sociedad civil se llama ‘oref’ que significa retaguardia, los soldados al frente, el pueblo en la retaguardia!

A esta masacre se le ha llamado el “Segundo Holocausto”, y no hubo que resucitar la memoria del histórico primero, el Holocausto siempre ha estado presente, siempre.
Y sí, el pueblo completo, sin pensarlo, intuitivamente, ha sido todo un partisano, pero con una inmensa capacidad de defenderse porque ahora sí, a diferencia de la época hitleriana, tiene cómo hacerlo, será por fin la reparación histórica del Holocausto?
Un enemigo sin identidad nos atacó, su existencia depende de la destrucción de judíos, sólo eso es el motivo de su existencia; no tiene dónde reflejarse para saber quién es él, sus huestes no tienen rostro propio secuestrar judíos es tener un poco de ellos, una idea totalmente primitiva sin duda.
La negociación de mandar algunos de los secuestrados y no a todos, es decir, una selección de ellos como las selecciones que hacían los alemanes respecto a sus objetivos es sin duda otra actitud de crueldad inaceptable.
Una vez los alumnos de Martin Buber le preguntaron dónde estaba D-os cuando sucedió el Holocausto y él contestó -brillante cual era- : “Donde estaba el hombre”.


Cuando le preguntaron a una premio nobel judía por qué había tantos premios nobel judíos, ella contestó: “Durante siglos nos han querido prohibir muchas cosas pero no podían prohibir que pensáramos, así que a los judíos no nos da miedo pensar.”
Y respecto al antisemitismo por supuesto que es una reacción social que existe en todas las sociedades, si no puedes contra el enemigo únete, que en psicología se llama identificación con el agresor, todos temen al terrorismo, mejor estar de su parte, aunque por supuesto el tema es mucho más complejo. Qué sigue a esta guerra? Pues un baby boom, como en todas las guerras, una necesidad biológica de vida frente a tanta muerte y por supuesto otros muchos premios nobel.
Nunca hubiéramos pensado que un segundo holocausto llegaría de Medio Oriente con el libro de Mi Lucha traducido al árabe como libro de texto en las escuelas de Gaza! Aquí decimos juntos venceremos yo prefiero decir ‘ANAJNU PO’ como el himno de los partisanos, cuando 4 menos el día de después quedará una sensación de heroicidad.

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