Hoy, me dedico este poema,
por lo que he vivido, por lo que he llorado.
Por los que me han amado,
culpado y abandonado.
Por mis risas de niña,
y mi llanto desesperado.
Por los errores cometidos
y los “no” no pronunciados.
Por mis miedos errados
y caminos equivocados.
Por eso hoy,
libre de mi pasado,
me dedico este poema.
Hoy me acepto como soy.
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