Es por ley que la juventud siempre se vea atada a la típica frase “No sabes nada, tú no tienes experiencia”. Somos jóvenes por lo tanto “no sabemos lo que hacemos”. Siempre somos juzgados por nuestras decisiones apresuradas y “sin pensar”, somos criticados por ser necios e irrespetuosos también irresponsables e intolerantes, otras veces nos acusan de ser altaneros y de no tener humildad.
Sinceramente no le puedo encontrar justificación. Es parte de la juventud ser insolente y creer que somos “indestructibles”, me incluyo y sino pregúntenle a mis papás.
Sin embargo entiendo la preocupación de los adultos por hacer de nosotros “seres mejores”, “judíos ejemplares” o futuros padres y madres de familia que sean un modelo para el país o tan siquiera que críen hijos en el camino del bien. La entiendo y créanlo: Todos los jóvenes estamos preocupados. Muchas veces la preocupación es únicamente un pensamiento pasajero, que normalmente no nos quita el sueño y otras veces tenemos una intranquilidad que en verdad nos hace poner los pies en la tierra y decir: “Suficiente, es momento de hacer algo”.
Me podría pasar todo el artículo criticando las decisiones que tomamos a causa de “la falta de experiencia que tenemos”, sin embargo prefiero hablarles del cambio que nosotros los jóvenes: sus hijos, sus alumnos, sus nietos o sobrinos le estamos haciendo al mundo y por más pequeño que ese cambio sea. Lo estamos haciendo.
Quisiera que se enteraran de un proyecto que ha dado la vuelta al mundo: Canadá, Estados Unidos, África, Israel incluso llegando a Latinoamérica y por supuesto llegando al interés de todos nosotros, a nuestros colegios, hogares y a nuestras redes sociales. Colegios desde ortodoxos hasta no tan ortodoxos, alumnos universitarios, alumnos de secundaria, personas judías, no judías somos parte de este movimiento: “Feed The Deed”.
Todo comenzó ante la necesidad de hacer un pequeño cambio, obviamente desinteresadamente, subirlo a una red social (con el fin de hacerlo viral e instantáneo): Facebook, Twitter, Instagram o Youtube y después nominar a más amigos para que ellos se unieran al movimiento (con un límite de 48 horas para continuar con la cadena) así, cruzando fronteras haciendo actos de bondad. Sin la necesidad de hacer grandes donaciones o grandes actos: el tan solo sacarle una sonrisa a alguien ya es una ganancia.
Se han hecho cosas espectaculares haciendo que desde los más pequeños hasta los más grandes se unan y se encuentren emocionados por participar, inspirando a otros a continuar con esta cadena de favores. Algunas de las cosas que hemos hecho como comunidad “Feed The Deed” son: regalar rosas, chocolates o una tarjetita con un mensaje emotivo a un desconocido, llevarle ropa y comida a las personas con escasos recursos, donar trenzas de pelo a fundaciones que se encargan de hacer pelucas para gente con cáncer, regalarle un café al que se encontraba atrás en la fila y un sinfín de cosas que a pesar de no ser tan complejas y elaboradas estoy segura que le hacen un bien a la sociedad.
¡Te nomino a ti lector!, tienes 24 horas para unirte y hacer un acto que te nazca del corazón, nunca sabremos el cambio que le haremos al otro con tan solo regalarle una sonrisa… quizás hasta le salvemos la vida.
#FeedTheDeed
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