Dijo el gran Rabino Jaim Vital:
“Una persona que no hace Jésed (bondad) en su casa, incluso que ayude mucho a sus compañeros, cuando llegue al Cielo no recordarán todos los favores que hizo a sus compañeros, ya que el principal Jésed (ayuda, bondad) es el que se hace en casa, con la familia”.
El Rambam (Maimonides) detalla un orden de preferencia respecto a quién debemos hacer Jésed primero y a quién después:“Mientras más cercana sea la persona, tiene preferencia”.
Muchas veces tratamos de ser el mejor y más sobresaliente en hacer Jésed con todo el mundo… pero olvidamos hacer Jésed en nuestra propia casa.
Muchas veces apoyamos a nuestro país o a otros, a viudas, huérfanos, etc., pero se nos olvida ver a nuestros propios hermanos de sangre, o se nos olvida ayudar a nuestra pareja en casa o con los niños.
El Talmud dice que debemos amar a nuestra esposa igual que a nosotros mismos, y debemos honrarla más que a nosotros mismos.
Dar respeto a nuestra mujer es el mejor Jésed que ella espera.
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