Israel ha puesto en marcha intensos esfuerzos diplomáticos para tratar de detener, o al menos posponer una directiva de la Unión Europea prevista para etiquetar productos que se elaboran en los asentamientos de Cisjordania, Jerusalén Este y los Altos del Golán.
Los esfuerzos diplomáticos comenzaron después de la última reunión de los ministros de Exteriores de la UE el 18 de mayo. Después de la reunión, el Ministerio de Relaciones Exteriores en Jerusalén recibió información de que la jefa de política exterior de la UE, Federica Mogherini, había dicho que tenía la intención de seguir adelante en el proceso de etiquetamiento de bienes producidos en los asentamientos y publicaría directivas prontamente.
Aunque Mogherini no dijo cuándo iba a publicar las directrices, la evaluación de la cancillería era que iba a suceder en pocas semanas.
Después de que las directivas se han formulen, serán presentadas a la Comisión Europea – que es el órgano ejecutivo de la UE – para ser votadas, para dar peso político al documento.
Los diplomáticos israelíes están tratando de persuadir a los comisionados para votar en contra de la decisión, o al menos posponerla tanto como sea posible, con el argumento de que el momento actual no es adecuado para tal decisión.
El Ministerio de Relaciones Exteriores espera que si es capaz de persuadir al menos cuatro de los siete comisionados pertinentes, podrá, al menos, posponer la decisión.
Sin embargo, el Ministerio de Relaciones Exteriores cree que será difícil, si no imposible, detener o incluso retrasar la decisión.
Las preocupaciones de Israel sobre las directrices para etiquetar los productos originarios de los asentamientos son a la vez económicas y diplomáticas. Si bien en términos económicos, los productos fabricados en los asentamientos constituyen sólo una muy pequeña fracción de las exportaciones de Israel a Europa, se teme que muchas cadenas de supermercados europeas tendrán dificultades para diferenciar entre los productos manufacturados dentro de las fronteras de 1967 y los fabricados más allá de la Línea Verde, y por tanto preferirán evitar la venta de productos israelíes por completo.
En el plano diplomático, existe la preocupación por otro duro golpe al estado de Israel en Europa, y al aumento de la presión internacional en relación con los asentamientos.
Desde principios de 2015, la UE ha retirado su reconocimiento de los servicios veterinarios del Ministerio de Agricultura a lo largo de la Línea Verde. Esto ha implicado que, en los últimos meses, la importación de pollo y productos lácteos procedentes de los asentamientos a Europa se ha prohibido por completo, porque ya no están considerados como aprobados por las normas alimenticias europeas.
Y a finales de junio, la UE dejará de reconocer la autoridad del Ministerio de Agricultura sobre la Línea Verde con respecto a los productos orgánicos, tal como huevos y productos. Un alto funcionario dijo que a finales de 2015, esta prohibición podría ampliarse a los productos como el vino y cosméticos que se producen sobre la Línea Verde.
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