Al menos 11 personas murieron y 45 resultaron heridas cuando una explosión destruyó un vagón del metro de San Petersburgo, en un ataque que habría sido perpetrado por un suicida relacionado con radicales islamistas, dijo la agencia de noticias rusa Interfax citando a una fuente de seguridad.
Las cámaras de seguridad han tomado imágenes del supuesto responsable del atentado, que habría dejado el explosivo en una bolsa en el interior del vagón. Así lo explica la agencia Interfax citando a una fuente rusa que, no obstante, no explica por qué considera responsable al hombre captado por las cámaras.
A las 15:40 todas las estaciones del metro de San Petersburgo han sido cerradas tanto para entrar como para salir, después de una explosión en la línea azul del metro de San Petersburgo, entre la parada del Instituto Tecnológico, una de las más concurridas, y la de Sennaya Ploschad.
Imágenes publicadas mostraban a personas cubiertas de sangre tendidas en el andén, mientras los servicios de emergencias intentaban prestar ayuda a algunos de los heridos. Muchos intentaban salir del metro en medio de nubes de humo. Un enorme agujero podría verse en un lateral del vagón atacado, con restos de metales esparcidos a lo largo del andén. Varios pasajeros intentaron romper las ventanas de un vagón cerrado. La televisión rusa dijo que muchas personas sufrieron laceraciones por restos de metales y cristal.
Ambulancias y cuerpos de bomberos descendieron a la estación de metro de Sennaya Ploshchad, construida con cemento y cristal. Un helicóptero sobrevolaba el sector, mientras una multitud se congregaba para observar las operaciones de rescate.
Un segundo artefacto sin explotar ha sido encontrado en la estación de metro de Ploshchad Vosstaniya, la principal estación de ferrocarril de esa ciudad. “La explosión en el metro de San Petersburgo la perpetró un terrorista suicida. El artefacto casero seguramente fue colocado en el vagón antes de que saliera”, apuntó una fuente oficial.
El jefe del comité de Defensa y Seguridad del Senado ruso, Víctor Ózerov, agregó que, “por supuesto, se dan todos los indicios de un atentado terrorista”. El presidente ruso, Vladimir Putin, que se encontraba en San Petersburgo para una reunión con el líder bielorruso, Alexander Lukashenko, dijo que la causa de los estallidos no estaba clara y que las autoridades ya estaban investigando. Añadió que se consideraban todas las posibilidades, incluyendo un atentado terrorista. La Fiscalía rusa ha incoado un caso penal por terrorismo
Usuarios de redes sociales han publicado fotografías y videos de una estación de metro en el centro de la ciudad, mostrando a personas yaciendo en el suelo, algunas cubiertas de sangre, frente a un tren con una puerta destrozada. Muchos intentaban salir del metro en medio de nubes de humo.
En las imágenes también se observa un agujero enorme en un lado de uno de los vagones y restos de metal esparcidos por la plataforma y pasajeros golpeando contra las ventanas de un vagón cerrado. La agencia de noticias Interfax citó a una fuente anónima diciendo que la explosión fue causada por una bomba llena de metralla.
“Les pido a los ciudadanos de San Petersburgo y a los huéspedes de nuestra ciudad que estén alerta, atentos y cautelosos y que se comporten de forma responsable a la luz de los acontecimientos”, ha afirmado el gobernador de San Petersburgo, Georgy Poltavchenko.
Las autoridades locales decidieron reforzar la seguridad en el aeropuerto internacional de Púlkovo y en el resto de nudos de transporte de la ciudad, al igual que en los lugares de mayor concentración de gente, como plazas y avenidas.
Rusia ha sido objetivo de atentados de milicianos chechenos en años previos. Líderes rebeldes chechenos amenazan frecuentemente con perpetrar más atentados. Al menos 38 personas perdieron la vida en 2010, cuando dos mujeres suicidas detonaron las bombas que llevaban en los abarrotados vagones de metro de Moscú.
El Estado islámico, que ha reclutado a rebeldes chechenos, también ha amenazado con ataques en Rusia en represalia por la intervención militar rusa en Siria. La fuerza aérea rusa y las fuerzas especiales han estado apoyando al presidente Bashar el Asad en su lucha contra los grupos rebeldes y los combatientes yihadistas que ahora están siendo expulsados de sus bastiones sirios.
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