Historia de los tres cementerios judíos de Belgrado (Serbia)

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DOS CEMENTERIOS  FRENTE A FRENTE

Hay dos grandes cementerios judíos en Belgrado, el sefardí y el ashkenazí, y están uno enfrente del otro. Ambos cementerios judíos se encuentran a unos 10 minutos en automóvil del centro de la capital serbia y en el interior de unos de ellos, el ashkenazí, se erige el monumento a las víctimas del Holocausto. Sin embargo, en esta nota hemos querido incluir al cementerio de Zemun, un barrio de las afueras de Belgrado, y donde también han sido enterrado muchos judíos de la capital serbia y porque está a apenas unos minutos del centro de la urbe.

En lo que respecta al sefardí, ubicado en la calle Mije Kovacevica, data del año 1925 y el ashkenazí -comunidad judía más minoritaria en la sociedad serbia-, en la calle Ruzveltova, abrió sus puertas por primera vez en el año 1876. Ambos permanecen activos, aunque el día que fui a visitarlos, un sábado -día sagrado para los judíos-, el sefardí estaba cerrado y en el askenazí nadie pudo recibirme o atenderme para preguntarle algunas cuestiones. El monumento dedicado a las víctimas del Holocausto recuerda delante de dos grandes tablillas de piedra el mayor aniquilamiento sufrido por los judíos en el continente. Fue levantado, como parte del cementerio donde se encuentra, en 1952, por el gobierno yugoslavo con el apoyo de la comunidad judía. Como ya se ha dicho, se encuentran uno enfrente del otro. Si van con taxi, lo mejor es que le digas esta dirección: Mije Kovačevića, 1, y luego pases a ver el ashkenazí.


El cementerio ashkenazí también cuenta, en su entrada nada más traspasar la puerta, con un impresionante monumento dedicado a los soldados judíos que murieron en las guerras de 1912-1913, más conocidas como de los Balcanes, y la Primera Guerra Mundial. Todos los monumentos, junto con las tumbas, lápidas y placas en recuerdo de muchas víctimas de la represión nazi y el Holocausto, están en muy buen estado, limpias y, como dirían los militares, en perfecto estado de revista. El sefardí suele estar cerrado, pero desde sus vallas de piedra puedes divisar las tumbas y tomar algunas fotos.

Hemos encontrado en el semanario Hadassah Magazin esta historia de los judíos de Belgrado que reproducimos a continuación: “Desde que llegaron por primera vez en el siglo X hasta el colapso del Imperio Otomano unos 900 años después, los judíos vivieron mejor en Belgrado -que significa Ciudad Blanca en inglés- que en muchas otras capitales de Europa del Este. La ciudad se convirtió en un refugio para los judíos sefardíes de habla ladina que huían de las Inquisiciones española y portuguesa. Se establecieron en la región de Dorcol, cerca del Danubio”. Fuente citada y consultada:
https://www.hadassahmagazine.org/2010/04/18/jewish-traveler-belgrade/).

Y sigue el relato contando: “Los judíos askenazíes llegaron de Austria-Hungría y Europa central y vivieron más al sur, cerca del río Sava. Los judíos estaban involucrados en el comercio entre las provincias del norte y el sur del Imperio Otomano, llegando a ser especialmente importantes en el comercio de sal. A mediados del siglo XVII, la i.eshiva de Belgrado se hizo muy conocida y la comunidad floreció. En los años que siguieron a la independencia de los turcos, en 1830, las fortunas judías en Belgrado se encogieron y disminuyeron bajo diferentes reglas, algunos de los cuales implementaron leyes que favorecían a los comerciantes no judíos y excluían a los judíos de ciertas profesiones. En el siglo XX, los judíos lucharon junto a los serbios en las Guerras de los Balcanes de 1912 a 1913 y en la Primera Guerra Mundial”. De todos estos acontecimientos, como ya hemos hablado antes, da fe el cementerio con los monumentos que nos encontramos en recuerdo de los judíos que lucharon por Serbia y dieron su vida por la que consideraban su patria.

EL HOLOCAUSTO EN LA VIDA JUDIA SERBIA

Luego llegaron los nazis, la brutal ocupación de Serbia y el consiguiente Holocausto. “Cuando los alemanes ocuparon Belgrado en abril de 1941, cerca de 12.000 judíos vivían en la ciudad, la mayoría de ellos sefardíes. Sólo 13 meses después, Belgrado sufrió la infamia de ser la primera ciudad en Europa declarada “Judenfrei”, -es decir, ciudad libre de judíos en el argot nazi-. Al menos 2.000 judíos fueron asesinados por pelotones de fusilamiento en el campo de tránsito de Topovske Supe, en el centro de Belgrado. La mayor parte de los que sobrevivieron a este infierno fueron gaseados en Sajmiste, un campamento cerca del río Sava que antes había sido un recinto ferial. Sólo unos 2.000 judíos de la ciudad sobrevivieron al Holocausto. Después de la guerra, los judíos experimentaron menos antisemitismo en Yugoslavia que en muchos otros estados comunistas. Sin embargo, muchos dejaron el país para irse a Israel o los Estados Unidos”, cuenta el Hadassah Magazine.

Hoy, en Belgrado, sigue existiendo algo de la vida judía de siempre, aunque cada vez más menguada y menos activa a merced de las guerras en la antigua Yugoslavia, el deterioro de la calidad de vida debido a la crisis económica y el aislamiento de Serbia en los últimos años. Sigue funcionando -según las noticias que tengo- el Coro de los “Hermanos Baruh”, que fue fundado en 1879. La comunidad judía de Serbia ahora tiene, más o menos, 3000 miembros en las diferentes ciudades. La mayoría vive en Belgrado, donde actualmente existe una muy activa comunidad judía; es propietaria del edificio en cual se encuentran las oficinas de la Federación de Comunidades Judías de Serbia, administración de la comunidad judía local y el Museo Histórico Judío -casi siempre cerrado, todo hay que decirlo: consultar horarios-. (Fuente utilizada sobre la comunidad judía hoy: Rozita Iles en
http://www.tarbutsefarad.com/1054-sefarad/rincones-del-mundo/2704-la-comunidad-judia-de-serbia.html9-).

EL CEMENTERIO DE ZEMUN

El viejo cementerio judío de Zemun, dicen las fuentes locales, es uno de los más antiguos de Serbia y data del año 1739. El lugar fue un antiguo cementerio musulmán en sus orígenes, cuando el país estaba ocupado por los turcos, y muy cerca se encontraba una gran mezquita hoy desaparecida. El espacio compartía camposanto con las confesiones ortodoxa, católica y musulmana, revelando la multiculturalidad y plurireligiosidad de lo que fueron los Balcanes históricamente. Hoy el cementerio musulmán ha desaparecido, aunque quedan algunas lapidas de esa confesión, y casi, en su totalidad, ha quedado para el culto ortodoxo.

Hemos encontrado, en un blog de viajes, esta reseña que sintetiza, de una forma concisa y breve, la historia del lugar y sus características: “A principios del Siglo XVII, el lugar consistía de dos cementerios independientes en los que se realizaban entierros siguiendo las tradiciones de las tres religiones más importantes de la zona: la católica, la ortodoxa y la judía. Después de 1740, se decidió unificar estos sitios y construir el cementerio más grande de la localidad”.

Y finaliza dicha nota descriptiva del cementerio:

“Si bien el cementerio fue unificado hace siglos, aún se continúan respetando los espacios para los fallecidos de cada una de las religiones; así es que encontramos en el costado oeste el sector ortodoxo, en el que se encuentran los restos de importantes soldados serbios, refugiados rusos e incluso víctimas del Holocausto. En el sector católico -por otro lado- se encuentran las tumbas de mercantes serbios, escritores y sacerdotes prominentes del país. Finalmente, en el sector judío se encuentra un monumento dedicado a las Víctimas del Fascismo, así como tumbas estilizadas cuyos elementos han ayudado a trazar los detalles de la historia de la ciudad a lo largo de los años”. Fuente citada y consultada:
https://www.minube.com.co/rincon/cementerio-de-zemun-a36983919.

Como casi todos los cementerios de Europa del Este se detecta poca actividad y muy pocas tumbas desde el año 1945, sobre todo debido a la desaparición de la vida judía después del Holocausto y a la emigración de miles de judíos de la extinta Yugoslavia hacia Israel y Occidente. Los monumentos que nos encontramos en este camposanto tienen formas antiguas y otras más modernas, destacando las placas votivas y los candelabros judíos (menorá). Los apellidos que más abundan son, en general, de origen idish, tales como Brandajs, Levi, Salamon, Koen, Goldštajn, Hiršl, Hajm, Šer y Veksler, por citar tan solo algunos en la larga lista.

Entre los notables enterrados en el lugar, hay que reseñar a Оtо Bihali-Merin, escritor y publicista, su hermano Pavle, enterrado en 1941, el industrial Маavro Binder, en 1927, Моses Albahari, en 1897, y el médico Isac Isarah, en 1912. Con respecto al monumento funerario reseñado antes con la inscripción “A las víctimas del fascismo, 1941-1945”, y que se encuentra en un lugar destacado del cementerio, hay que reseñar que conmemora y rinde homenaje a los 540 miembros de la comunidad judía de Zemun que perdieron la vida en los campos de concentración de Јаsenovac y Stara Gradiška.

Cementerio Ashkenazi de Belgrado

El lugar es muy bello y es considerado un monumento nacional en Serbia y goza de la protección cultural de las autoridades del país por su interés histórico y artístico. Como curiosidad, quiero destacar que en este lugar están enterrados los abuelos del que fuera el fundador del sionismo, el escritor y periodista Theodor Herzl, miembros de la antaño prominente comunidad judía de Zemun, centralizada y enclavada principalmente en la calle Dubrovacka de la ciudad. El lugar, de apenas media hectárea, cuenta con 600 lápidas y en los últimos años, como ha ocurrido en otras partes de Europa del Este, ha sufrido actos de vandalismo y “decorado” con grafitis antisemitas por neonazis locales, una práctica bien conocida y que, desgraciadamente, casi siempre queda impune.

Termino estas notas sobre los cementerios judíos de Belgrado con unas palabras que escribiera el arquitecto que levantó el Monumento al Holocausto que se levanta en la parte ashkenazí, Bogdan Bogdanovic, y que nos habla de los ataques a los cementerios en esta época que nos recuerda mucho que no estamos tan inmunes del regreso a la barbarie: “Los modernos bárbaros arrasan también los cementerios, con la misma entrega con la que devastan las ciudades. Porque siendo los cementerios una especie de ciudad, de nuevo aparece aquel mismo pánico terrible contra la amontonada memoria “ajena” y los indescifrables mensajes ocultos. Además, los destructores no saben -¿cómo pueden saberlo?- que atacan a la memoria de sus prójimos rompiendo los lazos de la propia memoria antropológica.”

Direcciones:
Cementerio Central (sección sefardí): Mije Kovacevica, 1
Cementerio judío ashkenazi:  Ruzveltova, 50
Cementerio de Zemun: Calle Dusana, Colina Gardos de Zemun

Fotos del autor de la nota: Cementerio Judío Zemun (Belgrado)

Vídeo del cementerio ashkenazí:

 

 

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