Capitulo 3
Vista panorámica de las calles del centro de Tel-Aviv, y para en el shuk hacarmel (Mercado principal de esta ciudad).
Ahí vemos caminando a Roberto (Argentino entre 45 y 50 años; tiene varios años viviendo en Israel, se encuentra después de mucho tiempo con Gabriel, amigo de él desde la Argentina.
Gabriel: (Sorprendido) ¿Roberto?
Roberto: ¿Gabriel? No lo puedo creer hermano, ven déjame que te de un abrazo che, pero ¿qué haces por la tierra santa? Hasta donde yo se, estabas en Rosario.
Gabriel: ¡Ay hermano!, es una larga historia, en alguna ocasión te la contare. Yo te iba a hablar, pero no estoy bien de ánimos, vine con las manos vacías, perdí todo en Argentina. Y a donde iba a ir, hasta mis casas de Miami las perdí. Y si no consigo trabajo acá, dentro de poco me veras como (Señalando a un pordiosero) a ese pobre hombre.
Roberto: (Entregándole su tarjeta) Llámame cuando puedas y nos juntaremos a recordar tiempos idos y ya veremos como puedo ayudarte. Donde estas viviendo?
Gabriel: En un maon olim de Lod. (Un centro de absorción). Me urge encontrar un departamento barato, por estos rumbos, la agencia de absorción me dará una parte del dinero de la renta, aunque sea poco, me ayudare con eso.
Roberto: ¿Y tu mujer y tus hijas?
Gabriel: Mi esposa me dejó cuando perdí todo, la verdad es que ya no había amor entre nosotros, y como no le conté la verdad de mi situación, cuando se enteró por situaciones forzosas, me abandonaron las tres y se fueron a Córdoba con su familia.
Roberto: ¿Se divorciaron? Gabriel: No, quedamos en darnos un tiempo para pensar bien las cosas. Yo extraño mucho a mis hijas. Me siento muy solo, en fin, tengo poco a poco que reponerme en todos los sentidos.
Roberto: Pues ahora ya sabes que puedes contar conmigo. A lo mejor podría encontrarte un trabajo en la agencia de seguridad en la cual yo trabajo, para una escuela acá en Tel-Aviv.
Gabriel: Fantástico, pero no te olvides, yo no tengo muchos conocimientos, por años trabajé en mi propia empresa inmobiliaria.
Roberto: Aquí, si no traes suficiente dinero para invertir, debes empezar desde abajo, como lo hice yo y la mayoría de los inmigrantes.
Gabriel: ¿Pero che una agencia de seguridad? Con tu inteligencia y tus habilidades para ser un profesional.
Roberto: Una larga historia que te contare cuando vengas un día a mi casa. Te adelanto algo, mientras he sido agente he estudiado por las tardes y estoy por terminar la carrera de diseñador de interiores. Cuando termine que ya falta poco, podre dedicarme a trabajar en lo que me gusta tanto… Lo de agente me ha ayudado mucho para mantener a mi familia.
Gabriel: ¿Y tu familia? Hasta donde se, ¿te casaste con una americana que conociste en Israel, cuantos hijos tienen?
Roberto: Así es, y a diferencia tuya, cada día nos amamos más, tenemos dos hijos, y estamos buscando las niñas, ella esta embarazada con gemelitos aún no sabemos el sexo, pero lo que sean, serán bienvenidos. Ella y mis hijos están aprovechando las vacaciones, y viajaron a Nueva York a visitar a su familia.
Gabriel: ¿Y vos por qué no viajaste o no estas de vacaciones?
Roberto: Trabaje también algunos días aunque no había clases, había juntas de maestros etc… (dándole una tarjeta) mira este es mi teléfono piénsalo, porque no hay demasiado tiempo, por lo menos puedes empezar a ganar un poco de plata mientras buscas algo che, que te guste.
Gabriel: ¿Yo de agente? Pero ni en sueños me lo imaginé.
Roberto: Como nunca te imaginaste venir en esta situación a Israel. Tú que llegabas a hoteles de 5 estrellas, tienes que aterrizar en tu nueva situación y yo te voy a ayudar, ah! Y tus trajes de Hugo Boss ponlos a un lado y olvídate de ellos por mucho tiempo. Si te tardas en pensar lo del trabajo, no encontraras muchas opciones, Israel, no es fácil para los que llegan sin dinero….chao y no te pierdas…
Roberto sé va y Gabriel guarda la tarjeta y se va caminando lentamente por el mercado
Final del capitulo 3
Artículos Relacionados: