En un derroche de amor y pasiones, la interprete Jaramar ofreció la víspera un concierto de coplas nacidas del alma, pasiones y sueños de autores mexicanos como Consuelo Velázquez, Agustín Lara y Alfonso Esparza Oteo, en el marco de la XVIII Feria del Libro de Antropología e Historia, que se realiza en esta capital.
El auditorio Jaime Torres Bodet, del Museo Nacional de Antropología, vibró con el amor y el dejo de nostalgia y melancolía con el que la jalisciense rememoró canciones mexicanas que marcaron una época y fueron del gusto de la gente.
Reconocida por su búsqueda incansable de las raíces culturales a través de romances, la música sefardí o con temas de la España de los Moros, en los últimos meses la intérprete se ha dedicado a explorar la música popular y tradicional mexicana.
De esa búsqueda surgieron los temas que incluyó en su presentación, algunos grabados en sus anteriores discos y otros forman parte del fonograma que lanzará en breve, titulado “Que mis labios te nombren”.
La voz que es como un apasionado lamento de vida interpretó temas como “Lloroncita”, “La negra noche”, “Flor de Azalea”, “Petenera!, Pescador”, La garza”, “Cruel puñal” y “Malagueña”, entre otros.
Ante cientos de asistentes, la cantante celebró la identidad y la cultura del pueblo mexicano con melodías que le escuchaba cantar a su abuela o aquellos temas que aprendió a querer de la mano de sus padres.
Su voz cuidada y dotada de gran tesitura tocó los corazones de los asistentes, porque no sólo es su voz que cala si no también las historias que cuentan y hablan de las raíces mexicanas, del canto popular y tradicional que habla del amor, la cotidianidad, la vida, la pérdida y la muerte.
En medio del escenario, vestida de largo con un rebozo mexicano, de cabello corto y sonrisa a flor de piel, con los ojos que iluminan pero lo mismo abrazan, la cantante agradeció a todos los que se unen siempre para escuchar su música que, dijo, ha viajado a través del tiempo y forma parte del sentir de los mexicanos.
Con una escasa escenografía pero con el estilo que la caracteriza, Jaramar cantó acompañada de sus músicos: Natalie Braux (clarinete y sax alto), Miguel Gutiérrez (guitarra eléctrica y sintetizadores), Héctor Aguilar (percusiones) y Luis Eduardo “Chino” Arreola (bajo fretless electroacústico), quienes comparten su interés por indagar en los caminos de la música.
A su voz exquisita, Jaramar le suma movimientos suaves que recrean sus interpretaciones y le dieron un toque especial a historias como “Martiniana”, “Milagro”, “Zorongo”, “Dime que sí”, “La llorona” y “Pastor”.
Jaramar ha grabado más de ocho discos entre los que destacan “Travesía”, “Lenguas”, “Si yo nunca muriera”, “Nadie creerá en incendio”, “Fingir que duermo”, “Duerme por la noche oscura” y “Que mis labios te nombren”.
*Recuerden que el día sabado 5 de octubre, se presentará en la Comunidad Sefaradí, y el domingo 6 de octubre se presentará en la Sinagoga Histórica Justo Sierra.
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