SOLIDARIDAD Y PROTESTA
El 18 de julio de 1994, en las primeras horas de la mañana, el edificio de la AMIA, institución mutual comunitaria de Buenos Aires, Argentina fue sacudido y derrumbado por una explosión, tal como había ocurrido el 17 de marzo de 1992, en otra explosión que socavó el edificio de la Embajada de Israel, en la misma ciudad. Los muertos, en conjunto, sumaron más de un centenar y los heridos varias centenas. Los daños inconmesurables a los edificios, incluyendo bibliotecas, archivos, muebles. El daño moral estaba hecho…
Hoy, 21 años después de estos hechos aún no se castiga a los culpables. Aún hoy en día se encuentran en libertad y gozando de sus fechorías los responsables, materiales e intelectuales, de estos daños a la judería bonaerense y a la judería del mundo. Hagamos un alto y solidaricémonos con las instituciones, con los familiares de las víctimas – no todos fueron judíos – muertos y heridos, con el Ishuv argentino. Nuevamente elevamos nuestra protesta por la impunidad de los asesinos.
CENTRO DE ESTUDIOS JUDAICOS (CEJ), julio de 2015.
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