El futbol siempre viene acompañado de risas, ejercicio, fraternidad, polémica y mucha convivencia; por eso fue la actividad elegida para celebrar “El día de las buenas acciones”.
Este movimiento impulsado por Hands On tiene como objetivo motivar buenas acciones a nivel internacional y Kadima fue uno de los invitados.
El Parque de Bosques de la Herradura se convirtió en el escenario perfecto para que los integrantes de Kadima hicieran equipo con voluntarios de varias escuelas y niños de la categoría azul 2006 del Centro Deportivo Israelita.
En medio de los rayos del sol se formaron filas para designar a los ocho equipos que se disputaron el trofeo de la inclusión.
El equipo Rayo McQueen se consagró como el campeón tras dejar en el camino a Kadimos y Los Increíbles mientras que los Tiburones quedaron en segundo sitio en una final que tuvo que definirse por la pena máxima debido a que ambas escuadras demostraron un alto nivel competitivo.
Cada penal acertado levantó a los asistentes de sus asientos y provocó la celebración de los jugadores y la preocupación en los adversarios que finalmente no alcanzaron a empatar el marcador.
Mario Schimelmitz fue el encargado de levantar la copa para después compartirla con sus compañeros. Mención especial merece la actuación de Mauricio Venguer, quien demostró ser un portero muy profesional deteniendo muchos penales pese a que su equipo no llegó a la gran final.
Pero más allá de las distinciones individuales que siempre se hacen en este tipo de eventos es importante mencionar que se cumplió el objetivo de la actividad. Familia, sociedad, estudiantes e integrantes de Kadima se unieron para correr detrás del balón y portar una misma camiseta que se manifestaba a favor de la inclusión y que fue generosamente donada por Moisés Laban y Yona Dabbah.
Y durante dos horas el objetivo de ser campeones formó entre todos los participantes lazos que serán imposibles de romper. Además de manera paralela se organizaron partidas de ajedrez para que cuando los equipos tuvieran que descansar realizaran una actividad que mantuviera ejercitada su mente.
“Ganamos, participamos y nos divertimos” era un mensaje que se veía en la cara de los asistentes ya que sus sonrisas iluminaban el lugar y algunos aún tuvieron energías para disputarse una revancha y de forma extraoficial quitarse la espina del encuentro previo. Las mamás de los jugadores estaban muy felices por el desempeño que mostraron sus hijos en la competencia y quedaron a la espera de un evento similar que una al deporte con la emoción y la inclusión de personas con discapacidad.
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