“Nunca dejaré de tocar música por adaptarme a la agenda política de alguien, ni de denunciar violaciones a los derechos humanos en cualquier parte del mundo”, aseguró hoy, martes, la superestrella pop Madonna para justificar su decisión de actuar el sábado en Israel, en la final del Festival Europeo de la Canción “Eurovisión” (foto), pese a diversos llamamientos a un boicot.
“Mi corazón se quiebra cada vez que escucho sobre las vidas inocentes que se pierden en esta región y la violencia que a menudo se perpetúa para cumplir con las metas políticas de gente que se beneficia de este antiguo conflicto”, añadió.
“Espero y rezo para que pronto nos liberemos de este terrible ciclo de destrucción y creemos un nuevo camino hacia la paz”, completó la diva.
Madonna, una ferviente seguidora del misticismo judío de la Kabalá, interpretará dos canciones en Tel Aviv, donde ya estuvo en 2009 y 2012.
Las entradas para la final, a la cual Francia, España, Italia, Gran Bretaña, Alemania y el anfitrión Israel clasificaron automáticamente, se agotaron rápidamente, mientras que la etapa preliminar empieza hoy, martes.
Los eventos oficiales del Eurovisión comenzaron el domingo, con la ceremonia de apertura conocida como la “alfombra naranja”, en la plaza Habima, del centro de Tel Aviv, por la cual desfilaron y dialogaron con la prensa los 41 participantes, que luego fueron oficialmente recibidos por el alcalde, Ron Huldai, y funcionarios de la emisora pública israelí, Kan.
Esta entrega boletos gratuitos para las dos jornadas de semifinales y seis de ensayos a residentes del sur del país que vivan en un radio inferior a los 40 kilómetros de la Franja Gaza, como una “señal de apoyo y aprecio” a las comunidades que se vieron aterrorizadas el fin de semana anterior por constantes bombardeos terroristas.
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