Hace unos años, Ilan Naibryf condujo hacia la zona norte de Chicago con unos amigos en una excursión universitaria para conocer una comunidad judía local. En el auto que les prestaron, los estudiantes pusieron un CD de una banda judía.
“Sí, podemos cambiar el mundo, sí, cambiar el mundo para bien, actos de bondad al azar, ser un salvavidas en la tormenta”, cantaba el grupo, con la alegre canción Change Our World, del grupo 8th Day.
“La repetíamos en la autopista”, recordó Isabel Wolfson, amiga cercana de Naibryf. “Conducíamos por todo el campus con las ventanillas bajadas, el patio, la biblioteca, arriba y abajo de las calles, poniendo a todo volumen esta canción, cantando”.
Este tipo de alegría desenfrenada definía a Naibryf, dijeron sus seres queridos, quienes lo describieron como un alma brillante que estaba llena de una energía positiva que animaba a los demás y que abrazaba sus múltiples identidades: estadounidense, judía y argentina.
Naibryf, junto con su novia, Deborah Berezdivin, murió cuando las Champlain Towers South se derrumbaron durante la noche. La pareja se había alojado en el edificio para asistir a un funeral. Nancy Kress Levin, hermana de la abuela de Berezdivin, vivía en el piso de abajo. Su hijo Frankie vivía al lado con su esposa Ana Ortiz y el hijo de esta, Luis Bermúdez. El hermano de Frankie, Jay, se alojaba con su madre para asistir al mismo funeral. Los cuerpos de Berezdivin y Naibryf fueron los últimos en ser recuperados por los equipos de búsqueda el 7 de julio.
Ilan Manuel Naibryf nació en Argentina el 11 de septiembre de 1999, hijo de Ronit y Carlos Naibryf. Tenía dos hermanas, Micaela y Tali.
Naibryf creció en el sur de la Florida en el seno de una familia muy unida, pero se mudó a Waimea cuando era adolescente para asistir a la Hawai’i Preparatory Academy High School. En el internado, ahondó en su amor y curiosidad por la ciencia y el funcionamiento del mundo, colaborando en un proyecto de la NASA sobre terrenos de lava, haciendo prácticas en el Telescopio Canadá-Francia-Hawai y diseñando una mano prostética de bajo costo.
“Aprendió a surfear participó en equipos de fútbol y carreras a campo traviesa, disfrutó de la naturaleza con sus amigos”, escribió su hermana Micaela sobre los años de escuela secundaria de Naibryf. “Su corazón se quedó en Hawai”.
Naibryf se unió a su hermana Tali en la Universidad de Chicago en el otoño de 2018, donde cursó la carrera de Física e Ingeniería Molecular. Allí se sumergió en sus pasiones, trabajando como ingeniero de diseño en el hospital afiliado a la universidad, donde consiguió financiación de la Fundación Nacional de las Ciencias al desarrollar una forma de generar datos precisos sobre tumores malignos con vibraciones de baja frecuencia. También fue capitán y centrocampista del equipo de fútbol del club universitario, especialista en software en un laboratorio de ciencias informáticas y dominaba varios lenguajes de programación, además de español, inglés y hebreo.
“Era un innovador, un joven muy brillante. Estaba en la flor de la vida. Dispuesto a emprender muchas cosas”, dijo Baila Brackman, quien conoció a Naibryf a través del Jabad —organización judía jasídica— de la escuela, el centro del campus judío que dirige con su marido, el rabino Yossi. “Todos los proyectos en los que trabajaba eran igualmente importantes”.
Naibryf conoció la comunidad Jabad a través de su hermana. Se convirtió en presidente de la junta estudiantil del Jabad, atrayendo a estudiantes de diferentes orígenes y organizando todo tipo de programas, desde celebraciones de las fiestas hasta eventos de socialización. Nunca tuvo miedo de invitar y traer a cualquier persona que conociera a los eventos de la comunidad.
“Cuando llegaba, la sala se iluminaba.”, dijo Brackman.
Naibryf ayudó a los Brackman a coordinar la programación estudiantil y se hizo muy amigo de la familia, pasando tiempo en su casa durante las vacaciones y las cenas de Jabad
“En cuanto Ilan entró por la puerta, se convirtió en familia”, dijo Brackman. “Nuestros hijos lo quieren mucho. Es casi como un hermano o un tío para ellos. Cuando pienso en Ilan, pienso en el amor, la esperanza, la calidez, la amistad y la bondad”.
Isabel Wolfson, su amiga cercana de la Universidad de Chicago, formó parte de la junta estudiantil de la organización junto con él. Se convirtieron en amigos que disfrutaban estudiando en la biblioteca, asistiendo a cenas, dando paseos por el campus y hablando durante horas.
“Era alguien con quien siempre querías estar, porque sabes que estar cerca de él te iba a hacer más feliz”, dijo.
Naibryf llevaba casi dos años saliendo con su novia, dijo Wolfson. Él estaba en el Medio Oeste y ella en Washington DC, pero ambos mantenían vivo su amor mediante largas llamadas telefónicas y FaceTime.
“Él la adoraba. Le encantaba hablar de ella, le encantaba hablar de lo mucho que la quería”, dijo Wolfson. Ella no conoció bien a Berezdivin, pero dijo que podía decir que “era una compañera perfecta para Ilan”.
Este verano, Naibryf estaba creando un emprendimiento llamado Stix. La empresa pretendía crear una innovadora tarjeta de débito que los clientes pudieran deslizar para usar acciones bursátiles como si fueran dinero en efectivo. Para amigos como Wolfson, el hecho de que se adentrara en las finanzas siendo estudiante de Física e Ingeniería demostraba la profunda naturaleza, la curiosidad y la habilidad de la mente de Ilan.
“Realmente decidió tomar su propia iniciativa y, ya sabes, construir algo que fuera grande para el futuro”, dijo.
Naibryf fue la primera persona a la que llamó cuando se derrumbaron las torres. Ahora Wolfson, Brackman y el resto de la comunidad de Jabad están llenando un muro virtual de recuerdos y mensajes en honor a Ilan.
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