Durante este fin de semana Irán celebra su tercera exposición de dibujos animados sobre el Holocausto. Las imágenes, una de las cuales ilustra esta nota, se burlan de una historia de genocidio y el sufrimiento judío.
Este concurso ganó notoriedad mundial y es una demostración de la postura de negar la Shoá. Su organización contradice los intentos del régimen iraní en el último año para demostrar que está listo para salir del aislamiento internacional.
El mes pasado, el canciller iraní, Mohammad Javad Zarif, en una entrevista con el New Yorker, afirmó que el evento fue patrocinado por organizaciones privadas no gubernamentales y no por su gobierno, aunque agregó que la Shoá es una historia supuesta de occidente que tiene un doble estándar.
Soy profesor de educación secundaria y universitaria. Me dedico a fondo a la enseñanza de la Shoah, con el fin de educar contra la violencia, la exclusión y los ataques contra la dignidad humana como fue el genocidio perpetrado contra la comunidad judía. Me empeño en educar contra el negacionismo y el revisionismo interesado y manipulador en torno a la cuestión, contra la banalización del Holocausto que puede existir hoy en día. Pero asimismo me causa una enorme perplejidad y rechazo el dibujo simplificador y banalizador en torno al islam que preside esta página, al caer precisamente en el error y manipulación en sentido inverso. Mi más profundo rechazo. No estoy de acuerdo.