Grupos de ciudadanos acudieron el miércoles por la tarde a depositar velas en el Monumento de la Libertad en Riga para rememorar a los 23.000 judíos, en su mayoría letones, que fueron asesinados en dos ejecuciones masivas hace 81 años.
La ceremonia comenzó a celebrarse en 2016, cuando se conmemoró el 75 aniversario de la masacre del bosque de Rumbula, que se produjo los días 30 de noviembre y 8 de diciembre de 1941.
Las primeras víctimas de lo que fue la mayor masacre en la historia de Letonia fueron 1.000 judíos alemanes, que habían sido enviados al país báltico, ocupado por aquel entonces por el Tercer Reich, con la promesa de ser reasentados allí, dijo a EFE Lolita Tomsone, directora del Museo Zanis Lipke y una de las organizadoras del evento.
Los judíos letones, que habían sido encerrados previamente en un gueto en Riga, fueron conducidos a pie a Rumbula, a unos 10 kilómetros de la capital, escoltados por policías alemanes y letones y casi todos fueron ejecutados, principalmente por unidades especiales alemanas, agregó.
Los llamamientos para asistir a la ceremonia anual de conmemoración subrayaron que los judíos asesinados “eran parte de la nación letona y sentimos dolor por su pérdida”.
Al evento asistieron el embajador alemán en Letonia, Christian Heldt, así como el exprimer ministro letón Maris Gailis, que encabezó el Gobierno del país báltico a principios de la década de 1990.
El presidente de Letonia, Egils Levits, que cuenta con antepasados judíos, acudió a las conmemoraciones en años anteriores pero en esta ocasión no asistió por encontrarse en el viaje de regreso de una visita a Israel.
Una escultura en recuerdo de las víctimas del Holocausto fue inaugurada en Rumbula en 2002, financiada por el Gobierno y con fondos de organizaciones de Letonia, Israel, Alemania y Estados Unidos.
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