La comunicación intercelular resulta esencial para el desarrollo de los organismos. Los científicos saben que las células tienen la capacidad de “conversar” entre sí; envían señales a través de las membranas a fin de “decidir” en qué tipo de células se convertirán neurona, pelo, hueso o músculo, por caso. Asimismo, dado que las células se multiplican, resulta fácil imaginarse la cacofonía que se produce cuando éstas “charlan”.
Sin embargo, de acuerdo con el doctor David Spinzak, miembro del departamento de bioquímica y biología molecular de la facultad de ciencias de la vida en la UTA, las células saben cuando transmitir señales y cuando es hora de guardar silencio y dejar que otras células se comuniquen. Junto con un equipo de investigadores el doctor Sprinzak acaba de descubrir el mecanismo que les permite a las células pasar de ser emisores a ser receptores en forma alternada, esto es, inhibir el envío de señales al mismo tiempo que permiten la llegada de mensajes provenientes de células vecinas.
El descubrimiento del doctor Sprinzak tal vez sirva de plataforma para el desarrollo de drogas contra el cáncer que sean capaces de manipular con precisión la comunicación intercelular. Esto abriría la puerta a un control eficaz del flujo de la información entre las células y, en potencia, detener el desarrollo incontrolable de las células cancerígenas. La investigación del doctor Sprinzak fue publicada en la revista PLoS de biología computacional.
“Las células pueden, en forma alternada, enviar información y abstenerse de recibir otra, o viceversa. Estas pueden hablar o escuchar, pero no pueden hacer ambas cosas al mismo tiempo”, señala Sprinzak, quien compara este sistema de comunicación con un “walkie talkie”, el cual permite que un solo usuario pueda hablar a la vez.
Esto es vital cuando se trata de ayudar a las células a tomar decisiones en las que las células vecinas adoptan diversos caminos. Estas decisiones a nivel de las células tienen un papel importante en la formación de límites entre tejidos de desarrollo, como los que se encuentran entre las vértebras que protegen nuestra espina dorsal. Asimismo, son responsables de muchos de los patrones de diferenciación en el cuerpo, como el patrón de las neuronas en nuestro cerebro, o los vellos sensores en el oído interno.
Dado que el doctor Sprinzak es físico devenido en biólogo, planea en una próxima etapa aplicar modelos matemáticos para analizar la dinámica entre las células y cuantificar el encendido y apagado entre las células emisoras y receptoras. Este investigador se vale de herramientas provenientes de la matemática y la física para comprender la biología a nivel sistemático, lo que es parte de un nuevo campo de estudios que se conoce como biología de sistemas. Las ecuaciones matemáticas nos ayudan a comprender en mayor profundidad la interacción entre los genes y las proteínas de nuestro cuerpo, lo que determina el comportamiento celular y la diferenciación, concluye Sprinzak.
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