Territorios palestinos (AFP) – Estados Unidos y la UE se sumaron a la Autoridad Palestina para criticar la demolición el domingo por Israel de un antiguo hotel en Jerusalén-Este, cargado de símbolo para los palestinos, una acción que según éstos entierra las posibilidades de reanudar las negociaciones de paz.
“Al actuar de esta forma, Israel arruinó todos los esfuerzos estadounidenses y puso fin a cualquier posibilidad de reanudar las negociaciones”, afirmó en un comunicado Nabil Abu Rudeina, portavoz del presidente de la Autoridad Palestina, Mahmud Abas.
“Israel no tiene ningún derecho a construir nada en Jerusalén Este o en cualquier otro lugar de los Territorios palestinos ocupados en 1967”, añadió Abu Rudeina, quien exhortó a Washington a que interviniera contra semejantes acciones.
Las autoridades israelíes empezaron a destruir el domingo por la mañana una parte del antiguo hotel Shepherd en el barrio palestino de Sheij Jarrá, ubicado en la parte oriental de Jerusalén, anexionada desde 1967, para construir viviendas para colonos judíos.
La secretaria de Estado norteamericana, Hillary Clinton, condenó horas después esta demolición, y aseguró que socavará el proceso de paz israelo-palestino.
“Este preocupante asunto socava los esfuerzos de paz para conseguir una solución basada en dos estados”, israelí y palestino, dijo Clinton en un comunicado desde Abu Dhabi, donde inició una visita.
También la jefa de la diplomacia de la Unión Europea (UE) Catherine Ashton condenó con firmeza la destrucción del hotel y recordó que todas las colonias judías son “ilegales” y “constituyen un obstáculo para la paz”.
De su lado, el movimiento islamista Hamas denunció “un intento de judaizar la ciudad y aislar a la Vieja Ciudad (de Jerusalén) de los barrios árabes vecinos”.
La Organización de la Conferencia Islámica (OCI) la calificó por su parte de “violación flagrante del derecho internacional”.
La indignación de los palestinos es tanto mayor cuanto esta operación, enmarcada en el intento de “judaizar” Jerusalén Este, afecta a un inmueble cargado de historia.
En efecto, perteneció a la familia del antiguo Gran mufti de Jerusalén Amin al Husseini y sirvió de vivienda a esta figura emblemática de la Gran Revuelta palestina de 1936 a 1939 contra los británicos y los sionistas.
El hotel, confiscado por los británicos después de 1945 hasta el final de su mandato en Palestina en 1948, fue decomisado en 1967 por el Estado de Israel y vendido a un hombre de negocios.
“El Estado de Israel ha demolido una tras otra las propiedades palestinas para limpiar a Jerusalén de su historia, de su patrimonio y de sus habitantes palestinos”, protestó el jefe negociador palestino Saeb Erakat.
“Mientras (el primer ministro israelí Benjamin) Netanyahu prosigue su campaña de relaciones públicas sobre el proceso de paz, de hecho actúa para impedir el establecimiento de un Estado soberano palestino”, acusó Erakat.
Las negociaciones de paz, brevemente reactivadas en septiembre en Washington, se encuentran otra vez estancadas.
Los palestinos exigen la prolongación de la moratoria sobre la colonización israelí, que fue rechazada por Netanyahu.
La oficina de Netanyahu anunció el sábado que el responsable israelí de las negociaciones con los palestinos, Yitzhak Molcho, viajaría la semana próxima a Washington para mantener nuevos contactos. Pero los palestinos no confirmaron que aceptarían asistir a este encuentro.
Israel proclamó a la totalidad de la Ciudad Santa como su capital “eterna e indivisible”. Por su parte, los palestinos quieren que la parte oriental de Jerusalén sea la capital del Estado al que aspiran.
La comunidad internacional no reconoce la anexión por Israel en 1967 de Jerusalén Este, que considera como territorio ocupado.
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