El rey de Jordania, Abdallah II, está furioso con el Gobierno de Jerusalén sobre las últimas declaraciones sobre los disturbios en la mezquita de Al Aqsa y ha rechazado comunicarse directamente con el primer ministro, Biniamín Netanyahu, sobre esa cuestión, señala un reporte del Canal 2 de la televisión que cita a medios árabes y jordanos.
El diario Haaretz informa que el rey Abdallah II ha ordenado a su personal que no le pasen llamadas de Netanyahu con relación a los recientes incidentes en la mezquita de Al Aqsa.
Aparentemente, Abdallah ha dicho a sus huéspedes que se niega a aceptar las llamadas de Netanyahu para impedir que Israel las use para dar la impresión de que ambos países están coordinando sus respuestas a la violencia que está sacudiendo a Jerusalén.
Jordania no está contenta con las declaraciones hechas por el gobierno israelí acusando a Amman de jugar un papel desestabilizador y hacer la vista gorda a las provocaciones palestinas en el conflictivo complejo del Monte del Templo.
Israel ha comunicado a Jordania que no debería evadir su responsabilidad en el Monte del Templo y el hecho de que la Waqf jordana ha permitido a los alborotadores que están armados con piedras dormir en la mezquita de Al Aqsa.
Al hablar ante un grupo de diputados árabes israelíes que visitaron su país, Abdullah II apuntó su posición sobre el complejo en el que está situado la mezquita de Al Aqsa.
“Lo digo de una vez y para siempre, no hay sociedad ni división, Al Aqsa es un lugar para el rezo de los musulmanes”, expresó a la Lista Árabe Unificada.
El rey expresó que está monitoreando de cerca los eventos en el Monte del Templo y que la cuestión será elevada en el encuentro de los líderes mundiales en la ONU, la semana próxima.
De acuerdo con el tratado de paz entre Israel y Jordania, este país árabe es custodio de los lugares santos musulmanes en Jerusalén.
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