La desmotivación que existe entre el electorado norteamericano por los candidatos octogenarios que a día de hoy encabezan toda opción de protagonizar las presidenciales de 2024 encuentra un poco de agitación por parte del candidato ahora independiente Robert F. Kennedy.
El hijo de 69 años del que fuera fiscal general y senador de Nueva York ha cortejado a los votantes republicanos y demócratas tradicionales, lo que genera preocupaciones de que pueda quitarles votos a los candidatos de ambos partidos principales.
En el contexto de la guerra en Oriente Próximo, la atención se centra en el posicionamiento ante el conflicto, donde Joe Biden ha sido aplaudido por conservadores y ha sido atacado por las filas progresistas de su partido, después de su apoyo a Israel.
En cuanto a Donald Trump, pese a ser visto como el presidente más pro Israel de la historia, ha hecho sorprendentes comentarios contra Benjamin Netanyahu. Ante el conflicto, apoya de manera clara a Israel y aprovecha para criticar a Biden por los 6 billones de dólares entregados a Irán. y parece no estar presente en el debate, sumergido en sus propios juicios. Ante el conflicto, el abogado ambientalista y activista antivacunas apoya de manera clara a Israel y, como los republicanos, aprovecha para criticar a Biden por los 6 billones de dólares entregados a Irán.
En materia de política internacional, Kennedy ha mostrado más similitudes con Trump que con Biden, pero en el caso específico de Israel, el candidato independiente viene de varias polémicas, precisamente por comentarios respecto a los judíos, que le distancian de la conexión con este grupo de peso en Estados Unidos.
Kennedy enfrentó acusaciones de hacer comentarios antisemitas y racistas después de que lo grabaran citando una teoría de la conspiración en referencia al COVID-19, dirigido a ciertas etnias al decir que “los chinos y los judíos de ascendencia europea eran más inmunes” al virus.
Kennedy aseguró entonces que sus comentarios fueron mal interpretados y prometió en más de una oportunidad defender “los argumentos morales a favor de Israel”. Ahora, tras los ataques de Hamas del pasado 7 de octubre, ha reafirmado que es perverso culpar a Israel. “Los palestinos están siendo traicionados por sus dirigentes, sus líderes son millonarios que mantienen a la gente en la pobreza. Se les han ofrecido generosos acuerdos de paz y los han rechazado”, afirmó.
Kennedy ha insistido en los intentos históricos por parte de los líderes israelíes que querían intercambiar paz por tierra y se ha empeñado en destacar cómo el liderazgo palestino ha traicionado a su propio pueblo al negarse a negociar. En concreto ha apuntado a Mahmoud Abbas como el ejemplo del fracaso de los acuerdos de paz.
El siguiente responsable para Kennedy es el propio presidente Biden. El sobrino de JFK cuestionó al presidente por los los 6 mil millones de dólares que, según afirmó, le dió a Irán sin condiciones. “Es algo que que ha agravado la situación¨, afirmó.
El ahora candidato independiente afirma que la política norteamericana nunca debe ser la de pagar por rehenes, ya que eso aumenta el potencial de que sigan buscando capturar objetivos, tanto israelíes como estadounidenses.
Estados Unidos e Israel tienen una relación histórica con momentos mas firmes basados en intereses estratégicos mutuos y en la influencias política de los judíos estadounidenses, alineados tradicionalmente de forma más clara con el partido republicano. Los presidentes que han adoptado enfoques fundamentalmente próximos a Israel han sido Ronald Reagan, Bill Clinton y Trump, quienes gozaban de una conexión emocional con Israel y eran considerados muy pro israelíes. Barack Obama y Jimmy Carter, en cambio, no poseían esos sentimientos y eran considerados hostiles.
Biden tiene ahora el reto de gestionar un conflicto que fácilmente puede escalar de forma internacional y que ya repercute a nivel doméstico con masivas protestas y escisiones políticas entre sus filas, donde no solo el ala progresista se manifiesta a favor de Palestina, sino que el electorado joven al que quiere seducir se aleja de las posturas en favor de Israel.
Ante el conflicto de Oriente Medio, Kennedy intenta ubicarse claramente en la órbita pro israelí, nuevamente en la línea de Trump, y sin las concesiones que intenta hacer Biden para no ser completamente pro Israel.
La única jugada política que puede por el momento acercar a Kennedy al votante tradicionalmente demócrata y más progresista es su voluntad a favor de emitir dólares federales para reconstruir la infraestructura en comunidades afroamericanas, así como “pagos de reparación directa o créditos fiscales” en lugar de efectivo sin condiciones.
Biden ha enfrentado presiones de grupos activistas y miembros demócratas del Congreso para emitir una orden ejecutiva sobre reparaciones en medio del estancamiento del Congreso. La Casa Blanca ha sostenido que el presidente apoya un “estudio” sobre las reparaciones, pero no ha dicho específicamente si firmaría un proyecto de ley de reparaciones. Mientras tanto Kennedy hace un guiño a los progresistas a la vez que el otro candidato independiente de extrema izquierda, Cornel West, a quien algunos demócratas temen que le robe votos a Biden, también afirma que apoya las reparaciones.
Artículos Relacionados: