Un alto cargo de Hamás arremetió este viernes contra el plan del primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, para la posguerra de la Franja de Gaza.
«Cuando se trata del día después en la Franja de Gaza, Netanyahu presenta ideas que sabe perfectamente que nunca tendrán éxito», expresó Osama Hamdan a los periodistas durante una rueda de prensa en Beirut.
El premier israelí presentó este jueves al gabinete de seguridad un documento de principios sobre la gestión del enclave costero palestino después de la guerra, con el objetivo de instalar a “funcionarios locales” no afiliados al terrorismo para administrar los servicios en Gaza.
El documento es una recopilación de principios que el primer ministro viene señalando desde el comienzo de la guerra, pero es la primera vez que se presenta formalmente al gabinete para su aprobación.
Durante más de cuatro meses, Netanyahu postergó las discusiones sobre el “día después” de la guerra, temiendo que esto pudiera provocar fracturas en su coalición.
Algunos de sus ministros de extrema derecha pretenden utilizar esas reuniones para impulsar el restablecimiento de los asentamientos israelíes en la Franja y el control israelí permanente de zona, políticas a las que el primer ministro dice oponerse.
Netanyahu afirma que no permitirá que la Autoridad Palestina (AP) vuelva a gobernar Gaza. En ocasiones matizó esto diciendo que Israel no permitirá que la AP en su forma actual regrese al enclave palestino, lo que indica que Israel podría vivir con una AP, como lo impulsó Estados Unidos.
El documento presentado anoche no nombra específicamente a la AP ni descarta su participación en la gobernanza de la Gaza de posguerra.
En cambio, dice que los asuntos civiles estarán a cargo de “funcionarios locales” que tengan “experiencia administrativa” y que no estén vinculados a “países o entidades que apoyen el terrorismo”.
Esto podría descartar a grupos que reciben financiación de Qatar e Irán –como lo hace Hamás– o posiblemente de la AP, cuyo programa de asistencia social incluye pagos a terroristas convictos y sus familias.
Una declaración de la oficina de Netanyahu explicó que el documento servirá como base para futuras discusiones sobre la gestión de la Franja en la posguerra.
El plan comienza estipulando un principio para el período inmediato: las Fuerzas de Defensa de Israel (IDF) continuarán la guerra hasta lograr sus objetivos, que son la destrucción de las capacidades militares y la infraestructura gubernamental de Hamás y la Yihad Islámica Palestina (YIP), el regreso de los rehenes secuestrados el 7 de octubre, y la eliminación de cualquier amenaza a la seguridad desde la Franja de Gaza a largo plazo.
Las IDF mantendrán una libertad indefinida para operar en toda la Franja para evitar el resurgimiento de la actividad terrorista, dice el documento.
El plan establece que el Estado judío seguirá adelante con su proyecto ya en marcha de establecer una zona de seguridad en el lado palestino de la frontera de la Franja, y agrega que permanecerá en vigor “mientras exista una necesidad de seguridad para ello”.
Este plan está directamente en desacuerdo con la administración Biden, que exige que no haya reducción del territorio del enclave.
El documento presentado por Netanyahu también ofrece los detalles más concretos hasta la fecha sobre los planes de Israel para la frontera entre Egipto y Gaza, que se encuentra plagada de contrabando tanto por encima como por debajo de la tierra.
Además, para evitar la reactivación de la actividad terrorista, Jerusalem planea imponer un “cierre por el sur” de la frontera, que se mantendría con la ayuda de Estados Unidos y en cooperación con Egipto “en la medida de lo posible”, concluye el documento, en un aparente reconocimiento de la desaprobación del plan por parte de El Cairo debido a la ostensible violación de su soberanía.
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