El líder del grupo islamista Hamás en la Franja de Gaza rechazó el viernes una iniciativa de paz revisada impulsada por la Liga Árabe, diciendo que los extraños no pueden decidir el destino de los palestinos.
En unas reuniones celebradas esta semana en Washington, los estados árabes parecieron suavizar su plan del paz de 2002, reconociendo que israelíes y palestinos tendrían que intercambiar tierras en un eventual acuerdo.
Estados Unidos y el liderazgo palestino en Cisjordania elogiaron la iniciativa. Pero hablando ante cientos de fieles en una mezquita de Gaza, el dirigente de Hamás Ismail Haniyeh dijo que supone una concesión que otros árabes no están autorizados a hacer.
“La llamada nueva iniciativa árabe es rechazada por nuestro pueblo, por nuestra nación y nadie puede aceptarla”, dijo Haniyeh, primer ministro del gobierno de Hamás en el territorio costero.
“La iniciativa contiene numerosos peligros para nuestro pueblo en los territorios ocupados de 1967, 1948 y para nuestro pueblo en el exilio”, afirmó.
Se refería a la división de Palestina, bajo mandato británico, en 1948 cuando Naciones Unidas votó para establecer a un Estado judío y uno árabe en el territorio, y a la guerra de los Seis Días en 1967 cuando Israel capturó Cisjordania, Jerusalén este y Gaza.
Hamás se niega a reconocer el derecho de Israel a existir y reclama todos los territorios entre el Mediterráneo y el río Jordán para los palestinos. Nunca aceptó el plan árabe presentado en 2002.
La versión modificada fue anunciada el lunes por el primer ministro de Qatar y las declaraciones de Haniyeh son una rara muestra de desacuerdo público entre Hamás y uno de sus principales aliados.
El rico emirato del golfo Pérsico ha prometido destinar más de 400 millones de dólares para proyectos de viviendas en Gaza, controlada por Hamás desde una breve guerra civil con Al Fatah en 2007.
“A aquellos que hablan de intercambio de tierras les decimos: Palestina no es una propiedad, no está a la venta, no puede ser intercambiada”, declaró Haniyeh.
Además dijo que la Autoridad Nacional Palestina, liderada por el presidente Mahmud Abas, quien cuenta con el respaldo de Occidente, es la culpable de inspirar la postura más blanda de los árabes porque acepta la necesidad de intercambios de tierras con Israel.
Israel rechazó el plan de paz árabe cuando fue propuesto hace 11 años. Responsables del Estado judío dieron una cautelosa acogida a las nuevas sugerencias, pero el Gobierno aún objeta puntos clave, como el “derecho al retorno” de los refugiados palestinos y la creación de una capital palestina en Jerusalén este.
Pero cualquier acción de paz tendrá que afrontar al fracturado ambiente político palestino ya que Abas controla partes de Cisjordania y Hamás gobierna en Gaza, después de que hayan fracasado varios intentos de ambas partes para conseguir una reunificación política de los dos territorios.
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