La inmigración a Israel desde Europa occidental fue récord histórico en 2015 porque los judíos se sienten amenazados en Viejo Continente tras la sucesión de actos antisemitas que se dio el año pasado, sobre todo por parte de fundamentalistas musulmanes.
Fueron cerca de 10.000 personas, la mayoría de Francia, donde la mitad de las denuncias por crímenes de odio provinieron de miembros de esa comunidad, a pesar de que éstos representan menos del uno por ciento de la población.
“Esta cifra récord de judíos europeos que sienten que Europa ya no es su hogar debería alarmar a los líderes europeos y servirles de llamado de atención a todos los que están preocupados por el futuro” de ese continente, advirtió el presidente de la internacional Agencia Judía para Israel, Natan Sharansky.
“Al mismo tiempo, el hecho que Israel se haya convertido en el destino número uno para los judíos europeos que buscan construir un futuro mejor en otro lugar es un tributo a la atracción de la vida allí y a los valores que el Estado judío representa”, agregó.
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