El estadounidense Alan Gross es sometido a juicio este viernes en Cuba en un caso que, nuevamente, ha tensado las relaciones entre los dos países.
Cuba dice que Gross -un subcontratista de la dependencia estadounidense de ayuda humanitaria USAID- importó ilegalmente equipo satelital para conectar a disidentes cubanos a internet, lo que ha sido calificado de espionaje. Encara una pena de hasta 20 años de prisión si es encontrado culpable.
Estados Unidos argumenta que el acusado intentaba ayudar a la comunidad judía a mejorar sus capacidades de comunicación.
Gross fue llevado este viernes a la corte, localizada en una mansión de un barrio residencial de La Habana, la capital cubana. Su esposa, Judy, llegó al lugar a pie. Tres funcionarios estadounidenses también se presentaron a la corte como observadores.
El hombre permaneció detenido más de un año antes de que las autoridades cubanas presentaran cargos formales en su contra, el mes pasado, por actos contra la independencia cubana.
Judy Gross ha pedido a Cuba que lo libere por razones humanitarias.
“Su madre, de 88 años, recién fue diagnosticada con cáncer de pulmón”, señaló Judy Gross en la petición escrita. “Mientras lidio con esa realidad y con la recuperación de nuestra hija de 26 años de una operación, sólo puedo seguir esperando el regreso de Alan y rogar al gobierno cubano que lo libere”.
En un video publicado poco después del arresto de Gross, su esposa dijo: “Alan es un padre increíblemente amoroso. Hemos estado casados por 40 años. Sus hijas lo extrañan terriblemente”.
Durante un discurso de diciembre de 2009, el presidente cubano, Raúl Castro, señaló que Gross estaba distribuyendo ilegalmente “equipo de comunicación por satélite” a los disidentes.
“El gobierno de Estados Unidos no ha renunciado a su meta de destruir la Revolución”, dijo Castro. “El enemigo está tan activo como siempre. Prueba de eso es la detención, en los últimos días, de un ciudadano estadounidense”.
En un video que recientemente fue publicado en internet, y que parece ser una filtración de los servicios de inteligencia cubanos, un orador acusa a Gross de usar teléfonos satelitales para establecer conexiones Wi-Fi.
El arresto ha vuelto a congelar las relaciones entre Estados Unidos y Cuba, a pesar de los esfuerzos del presidente estadounidense, Barack Obama, por construir lazos.
Funcionarios estadounidenses han criticado los cargos contra Gross después de que fueran anunciados.
“Deploramos el anuncio del gobierno cubano de que los fiscales piden una sentencia de 20 años de prisión para el señor Gross”, dijo Gloria Berbena, oficial de relaciones públicas de la misión diplomática de Estados Unidos en La Habana.
La Casa Blanca señaló que Gross “ha sido injustamente detenido y privado de su libertad”.
“En vez de liberar a Gross, para que pueda regresar a casa con su esposa y familia, la decisión de las autoridades cubanas refleja la injusticia sufrida por un hombre que ayuda a incrementar el libre flujo de información entre las personas”, declaró el entonces vocero de la Casa Blanca, Robert Gibbs.
Diplomáticos de otros países creen que Cuba hallará culpable a Gross, pero podría liberarlo por razones humanitarias.
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