Israel y Líbano reclaman un área marítima que, según se estima, contiene grandes cantidades de gas natural. Mientras tanto, Estados Unidos está mediando la disputa.
Ayer, el Ministro de Infraestructuras, Energía y Recursos Hídricos Nacionales, Yuval Steinitz, se reunió con el Subsecretario de Asuntos en Medio Oriente de los Estados Unidos, David Satterfield, y fue informado sobre las recientes conversaciones con Líbano sobre la frontera marítima con Israel.
Steinitz aceptó sentarse a conversar representando a Israel con el Líbano, bajo la mediación de Estados Unidos, buscando trazar una frontera marítima que permita a ambos países desarrollar depósitos de gas y petróleo.
Los dos países están en disputa por un área de 860 kilómetros cuadrados, principalmente en la región del Bloque 9.
Se estima que el área del Bloque 9 tiene grandes cantidades de gas, similares a las del embalse Tamar de Israel, y ambos países reclaman la propiedad del mismo.
El Líbano ya otorgó licencias de exploración en el Bloque 9 a un consorcio de compañías que incluye a empresas de Francia, Italia y Rusia.
Israel otorgó una licencia en la zona en disputa a Noble Energy. Pero aún ninguno comenzó a realizar trabajos activos en la zona que está en disputa.
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