Soy muy optimista por el futuro de nuestras relaciones. Nos toca aprovechar todos los elementos para llegar al siguiente nivel”
ZviTal, embajador de Israel en México.
Con 70 años de relación, México e Israel han estrechado lazos de cooperación cubriendo los intercambios comercial, tecnológico y cultural, entre otros.
En entrevista con El Economista el embajador israelí en México Zvi Tal destacó que la relación diplomática y comercial es un ganar-ganar, tanto a nivel bilateral como multilateral; es tan sólida que hay mucho margen para llevarla a un nivel más alto.
Durante este aniversario de la relación bilateral la embajada israelí desplegará diferentes actividades culturales: un desfile de modas; un seminario conjunto entre la Universidad Anáhuac y los socios israelíes del proyecto arqueológico de Magdala; y una exposición fotográfica que relata los eventos importantes de la relación, la cual se inaugurará en la Cámara de Diputados el 1 de septiembre, entre otros.
—¿Qué ha sido significativo durante estos 70 años de relación bilateral?
Tenemos una relación tan sólida que resiste a los cambios de gobierno, corrientes políticas y a las diferentes composiciones de los gobiernos. Compartimos intereses y valores que consolidan esta paz por lo que es una relación que sigue fluyendo. Quiero mencionar un tema no tan conocido, México fue uno de los grandes proveedores de crudo a Israel incluso durante los años del boicot árabe, un hecho que Israel recuerda y nunca va a olvidar ya que fue una expresión fuerte de solidaridad, y quiero destacar el de la comunidad judía que es un puente entre ambas naciones que contribuye mucho al desarrollo de la relación y que acerca a emprendedores y a políticos a lo que es la realidad de Israel. También, México es un destino turístico apreciado por los israelíes, su arte y gastronomía. Compartimos varios valores, como la importancia de la arqueología de nuestra historia antigua. En modo muy concreto tenemos un proyecto con la Universidad Anáhuac, con tres universidades israelíes y con socios académicos españoles en la parte del norte de Israel, Magdala, en donde han descubierto un mikve y una sinagoga. Es un proyecto que presenta las raíces judías del cristianismo pero también ofrece esta posibilidad de salvaguardar el patrimonio. Nos toca aprovechar todos los elementos para llegar al siguiente nivel (de la relación).
—¿Cómo se han beneficiado los dos países al tener un tratado de libre comercio?
Se ha impulsado de manera significativa el comercio al punto que hemos superado recientemente la barrera de los 1,000 millones de dólares, todavía hay potencial y esperamos que podamos en el futuro modernizar este acuerdo y utilizarlo. Se ha permitido el flujo de productos y servicios bajo un ámbito de cero impuestos aduaneros y acercar a los empresarios aunque los dos países están geográficamente lejanos.
—¿Cuáles son los sectores de más interés para Israel?
Por el carácter agrario de varias regiones de México es muy importante el campo; en el tema de la agricultura hemos desarrollado mucho nuestra relación ofreciendo tecnologías. También en el tema del manejo de los recursos hídricos, Israel tiene una rica experiencia y tecnologías que hemos desarrollado para afrontar las necesidades. Israel casi no tiene recursos naturales y por eso desde la independencia del estado, en 1948, ha desarrollado estas tecnologías y también dedicado esfuerzos para enfrentar de modo estratégico la escasez de agua.
—Israel es un país referente en tecnología, ¿cómo está apoyando a México en esta materia?
En este año en particular hemos lanzado un proyecto piloto en el cual empresarios jóvenes de ambos países se juntan para proponer soluciones innovadoras a grandes empresas mexicanas, y lo hacen con el acompañamiento de una ONG israelí, especializada en coaching, y una startup mexicana. El programa pretende agrupar a emprendedores mexicanos e israelíes para que trabajen en colaboración para avanzar en soluciones creativas a retos locales, como la salud, la comunicación y la gestión del agua, dentro de México.
La idea en general sería combinar el ecosistema israelí de innovación con la gran experiencia de México en el sector industrial y también con clústeres de empresas que se especializan en sectores específicos.
—¿El diálogo bilateral en qué escenarios se desarrolla?
Desde hace varios años tenemos el mecanismo de consultas donde hablamos del tema político, económico y cooperación tecnológica. Hay diálogo en el ámbito de las Naciones Unidas, México es un actor importante y muestra de ello es que por quinta vez es miembro del Consejo de Seguridad. Nuestras misiones diplomáticas colaboran en temas de interés como lo es el empoderamiento de las mujeres, la equidad de género y la integración de gente con capacidades diferentes.
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