La Autoridad Palestina liberó a cuatro palestinos que había detenido durante cuatro días, por haber participado en una festividad religiosa judía en el asentamiento cercano.
Los cuatro detenidos habían visitado junto con una treintena palestinos de dos aldeas vecinas el asentamiento de Efrat en Cisjordania (Judea y Samaria) durante la festividad judía de Sucot.
Los cuatro, altos dignatarios de las aldeas de Wadi al Nis y Al Khadar, fueron convocados por las fuerzas de seguridad palestinas para un interrogatorio.
Según un reporte del Canal 2 de la televisión, el general Yoav Mordechai, que encabeza la Coordinadora de las Actividades del Gobierno en los Territorios (COGAT), la oficina de enlace entre el ejército israelí y la Autoridad Palestina, ejerció su influencia para conseguir la liberación de los detenidos.
El primer ministro, Biniamín Netanyahu, condenó a los autodenominados grupos de derechos humanos por permanecer en silencio durante los cuatro días de arresto.
Los cuatro palestinos fueron detenidos tras haber participado en la celebración de Sucot en el asentamiento de Efrat, a las afueras de Jerusalén. Durante la festividad, los judíos acostumbran a hospedar invitados a comer en la sucá –una estructura temporal en forma de tienda que viene a simbolizar las andanzas del pueblo hebreo durante cuarenta años a través del desierto tras haber sido liberado de la esclavitud en Egipto-.
Un alto oficial de seguridad palestino expresó en condiciones de anonimato que “cualquier cooperación palestina con los colonos es considerada una violación de la ley, porque implica colaborar con el enemigo”.
El intendente de Efrat, Oded Revivi, que fue el anfitrión del encuentro instó a la AP a liberar a sus huéspedes.
“Es absurdo que tomar café con judíos sea considerado un crimen por la Autoridad Palestina”, recalcó Revivi.
“¿Donde está la indignación de los organismos de derechos humanos? No existe. Para su gran vergüenza están mudos”, apuntó Netanyahu. “Insto a la comunidad internacional a actual para liberar a esos inocentes palestinos cuya detención es otra prueba del rechazo palestino a hacer la paz”.
“Esos organismos están en silencio cuando la dirigencia palestina paga salarios a los familiares de los terroristas, glorifica a los asesinos y pone sus nombres a las calles y los centros de las ciudades”, subrayó el primer ministro. “Esas organizaciones han demostrado otra vez que no están interesadas en los derechos humanos, sino en humillar y difamar a Israel alrededor del mundo”.
Ahmad Musa, un contratista de 58 años, de la aldea palestina cercana de Wadi al Nis le dijo al diario Washington Post. “Nosotros nos consideramos parte de la familia, parte del pueblo de Efrat”.
“El setenta y cinco por ciento de la aldea trabaja en Efrat. Ellos nos tratan muy bien y nosotros los tratamos muy bien a ellos”.
Otro de los invitados explicó que no quiere que Cisjordania “se convierta en Siria”.
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