La policía de Jerusalén decidió el cierre del acceso de turistas y de judíos al Monte del Templo de Jerusalén donde se encuentra la mezquita Al-Aqsa y La Roca. El acceso es permitido exclusivamente a musulmanes.
La policía justificó su decisión diciendo que deseaba evitar una repetición de los recientes disturbios que protagonizaron palestinos y dijo que hará todo lo posible para castigar a quienes deseen alterar el orden. Ayer, miércoles, mientras los judíos festejaban la festividad de Shavuot –Pentecostés- en el mundo, marcharon cerca de 500 activistas palestinos en la ciudad de Jerusalén para rememorar lo que llaman la Nakba –el día de la Catástrofe -, en la fecha civil en la que se declaró la independencia de Israel en 1948.
La policía utilizó granadas de aturdimiento, cañones de agua y policías montados contra los palestinos que lanzaban piedras durante las protestas para conmemorar el aniversario de la fundación de Israel. En los incidentes detuvieron a una decena de activistas y dos policías israelíes recibieron heridas leves. Un grupo de jóvenes judíos ortodoxos que pasaban por las cercanías fue agredido, a uno de los jóvenes le quitaron el tradicional sombrero y otro fue herido en un ojo.
La explanada de las mezquitas de Jerusalén es el tercer lugar más sagrado del Islam, y es el lugar más sagrado del judaísmo, venerado por su santidad por haber albergado allí el Primer y Segundo Templo. El Segundo Templo fue destruido por los romanos en el año 70, mucho antes que se construyeran las mezquitas allí.
Ayer se reportaron incidentes por la Nakba, en Qalandia al sur de Ramalá, en los campos de refugiados de Al-Arub, cerca de Belén, en Nablús y en la zona de Hebron donde, de acuerdo a medios palestinos, un manifestante fue alcanzado por un proyectil en la cabeza. Los manifestantes lanzaron bombas molotov contra un jeep israelí, que hirieron a cuatro soldados con quemaduras provocadas por la explosión. Los soldados israelíes dispararon proyectiles de goma contra los manifestantes frente a la prisión militar de Ofer, cerca de Ramala, hiriendo a 15 personas.
El activista israelí Noam Federman dijo que nuevamente la policía se une a los alborotadores árabes y de esta manera legitima la soberanía del Wakf en la zona y prohíbe injustificadamente que los judíos puedan gozar de la libertad de culto en la zona que consideran más sagrada.
El gobierno de Jordania, a su vez, acusó a Israel de evitar el libre ingreso de musulmanes a la explanada, debido a quejas del Wakf.
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