“No dejarla entrar por sus ideas políticas va en contra del espíritu democrático del país”, afirmaron los jueces al rebatir los argumentos del gobierno de Netanyahu que le había impedido la entrada a Israel y su participación en un curso sobre Derechos Humanos, de un año de duración, en la Universidad Hebrea de Jerusalem acusándola de apoyar el movimiento de boicot en contra de Israel por su expansión en los territorios ocupados.
Leora bechor, su abogada, afirmo que su victoria garantiza la defensa del derecho tanto de los israelís como de quienes visitan el país de pensar libremente.
Algunos de los otros alumnos de este curso habían puesto desde hace dos semanas una silla vacía en la clase con su nombre para subrayar su ausencia mientras otros grafitearon la Universidad acusándola de “albergar izquierdistas”.
Su participación en este curso dará, por su propia presencia un peso al tema que no lo hubiera tenido sin la presión del gobierno israelí por prohibirle su participación.
El tribunal permite que un estudiante estadounidense ingrese a Israel, a pesar del intento de prohibirla por las relaciones de BDS
Washington Post – A un estudiante estadounidense detenido durante dos semanas en un centro de detención de la frontera israelí, sobre la base de una ley que prohíbe a los extranjeros que participan activamente en la promoción de un boicot a Israel, se le permitió ingresar al país el jueves después de que la Corte Suprema dictaminara a su favor.
“La impresión inevitable es que la invalidación de la visa que se le otorgó se debió a las opiniones políticas que tiene”, escribieron los jueces. “Si este es realmente el caso, entonces estamos hablando de un paso extremo y peligroso, que podría llevar al desmoronamiento de los pilares sobre los cuales se apoya la democracia en Israel”.
El caso de Lara Alqasem, nativa de Florida de 22 años que argumentó en contra de su orden de deportación en tres audiencias judiciales, deja un signo de interrogación sobre la ley, aprobado en 2017, que apunta al movimiento internacional BDS, una afiliación flexible de Grupos que llaman a boicotear, desinvertir y sancionar a Israel por su trato a los palestinos.
Israel considera que el BDS es una amenaza estratégica que distingue injustamente al estado judío, y trató de evitar que quienes participan activamente en el boicot ingresen a Israel y causen más estragos.
Pero los críticos dicen que la ley equivale a poco más que vigilar los pensamientos de la gente. También dicen que aplicarlo demasiado ampliamente podría terminar jugando en las manos de los defensores del BDS, que a menudo representan a Israel como un estado fascista de línea dura.
Hasta el momento, a 15 personas se les ha negado la entrada debido a la ley.
Alqasem, cuyo padre es de herencia palestina, es la primera persona en apelar la prohibición. Fue aceptada en un programa de maestría en la Universidad Hebrea de Jerusalén y recibió una visa de estudiante de un año de duración del Consulado Israelí en Florida. El gobierno revocó su visa basada en la ley.
En su decisión sobre su caso el jueves, el Tribunal Supremo de Israel dijo que no había una causa satisfactoria para impedir su entrada.
El ministro de Asuntos Estratégicos, Gilad Erdan, cuyo ministerio se encarga de implementar y monitorear la ley, dijo en una declaración que la Corte Suprema había “otorgado a BDS una gran victoria”.
“Lamento profundamente la decisión de la Corte Suprema de hoy, que indica una falta de comprensión básica de la naturaleza y los métodos de la campaña BDS. “Ha comprometido el poder del estado para luchar contra los activistas del boicot que nos hacen daño”, dijo.
Fue el ministerio de Erdan el que marcó la posición anterior de Alqasem como presidente de Students for Justice in Palestine, un grupo universitario estadounidense que aboga por un boicot, y destacó su presencia en una protesta de una marca israelí de hummus.
El ministerio recopila perfiles de activistas basados en información pública en línea, incluido el publicado por Canary Mission, un sitio web anónimo que documenta a “individuos y organizaciones que promueven el odio a los EE. UU., Israel y los judíos en los campus universitarios de América del Norte”.
Los abogados de Alqasem argumentaron que sus actividades en Estudiantes por la Justicia en Palestina no cumplieron con la prueba legal de la ley de boicot y que, en su papel de presidenta, no promovió activamente un boicot. También argumentaron que ella ya no estaba involucrada en el grupo.
“La decisión de la Corte Suprema es una victoria para la libertad de expresión, la libertad académica y el estado de derecho”, dijo la abogada de Alqasem, Leora Bechor. “Israel tiene el derecho de controlar sus fronteras, pero ese derecho no le otorga un poder sin control para rechazar a cualquiera que considere no deseado”.
Bechor dijo que el fallo sentó un precedente que “aseguraría que a nadie más se le niegue el derecho a ingresar a Israel basándose en búsquedas descuidadas de Google y en los expedientes de los grupos de difamación”.
“El caso de Lara demuestra que la vigilancia mental no tiene cabida en una democracia”, dijo.
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