La judería del castillo de Lorca es objeto hasta enero de una nueva excavación arqueológica coordinada por el área de Historia Medieval de la Universidad de Murcia (UMU) y el Museo Arqueológico de Lorca en la que participa una quincena de expertos. Los trabajos se centran en la casa 16 del barrio de Alcalá y el objetivo es conocer los aspectos arqueozoológicos, arqueobotánicos y constructivos.
Los trabajos están dirigidos por el profesor de la UMU, Jorge Eiroa, el director del Museo Arqueológico, Andrés Martínez, y el experto José Ángel González Ballesteros.
Eiroa dijo que la idea es conocer mejor el urbanismo de la judería, y que se centrará en «cuestiones que no se analizaron en el trabajo de campo de otros años» y en la toma de muestras para su posterior análisis.
La actuación está financiada por el proyecto europeo Synergy Grant y la arqueobiología tendrá un papel fundamental en la intervención, porque «nos interesa mucho conocer las estrategias de la comunidad judía para desenvolverse en el medio ambiente y sus prácticas concretas de consumo de especies animales o vegetales», señaló el profesor.
Los restos de frutos y cereales, carbones, semillas y polen serán analizados en el laboratorio para «reconstruir el medioambiente de finales del siglo XV».
Los restos de huesos «nos dan indicación de las pautas de consumo animal ya que los judíos tienen una dieta muy característica y encontramos unas marcas de carnicería específicas que nos permiten confirmar que estamos ante un registro arqueológico muy particular», añadió Eiroa.
Destacó que la judería de Lorca es el primer lugar de España en el que ese tipo de prácticas de consumo ritual se han documentado.
El director del Museo Arqueológico dijo que se calcula que unos 250 judíos habitaron el barrio de Alcalá pero que no se sabe con certeza, porque solo se ha excavado hasta el momento un 30% de la superficie de esa judería encastillada.
Destacó la importancia de los trabajos de excavación que servirán para conocer nuevos datos sobre la vida de los judíos en Lorca y para «reestudiar lo que se excavó en etapas anteriores», ya que los arqueólogos comenzaron a trabajar en la judería en 2002.
También subrayó la importancia de que haya dos tesis doctorales sobre el barrio de Alcalá, la primera sobre la cerámica en el contexto doméstico, realizada por José Ángel González Ballesteros, y la segunda, que será publicada en enero, de la experta María Isabel Molina Campuzano sobre los metales en la judería.
Según Eiroa, «el contexto es extraordinario porque está muy bien documentado y eso permite identificar la cronología de los metales y su utilidad».
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