Miembros de la comunidad de Samaritanos participaron en la tradicional peregrinación a la cima del Monte Gerizim, en la ciudad de Schjem (Nablus), en Samaria (norte de Cisjordania), para festejar Sucot.
La religión samaritana se parece mucho al judaísmo; aunque posee marcadas diferencias, incluyendo su propia Torá samaritana, escrita en Hebreo antiguo, que es el lenguaje que emplean en la liturgia. Además, creen que el lugar más sagrado del mundo es el Monte Gerizim y no Jerusalén. En su cima se encontraba el Templo de los samaritanos, y consideran que es el lugar donde Abraham ofreció a su hijo Itzjak (Isaac) como sacrificio a Dios.
Los samaritanos sostienen que sus creencias son más cercanas, que el judaísmo, a la fe de los antiguos israelitas, antes del Exilio en Babilonia. Su religión carece de las interpretaciones rabínicas y comentarios, tales como las que conforman el Talmud, que se constituyó en parte integrante del judaísmo en la Diáspora.
Más aún, los samaritanos creen que son descendientes de los antiguos israelitas que nunca abandonaron la tierra durante el Exilio en Babilonia. Aunque ellos remontan su descendencia a Samaria, su designación, “shomronim”, proviene del término hebreo “shomrim” para señalarlos como “los guardianes de la ley”.
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