La herencia dejada por la comunidad judía medieval en las ciudades alemanas de Espira, Maguncia y Worms, ha sido declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.
Estas tres localidades se consideran la cuna del judaísmo europeo. Fueron importantes centros de erudición, en los que se dio forma a la cultura, la religión y la jurisprudencia de la diáspora judía en Europa Central y Oriental.
“Conmemoramos los aspectos brillantes, pero también los sombríos. Tenemos que aprovechar la oportunidad que nos brinda el mensaje de vida judío para oponernos al odio”, dice la presidenta del Comité Alemán de la Unesco, Maria Boehmer.
Cuna del judaísmo europeo
Durante 900 años, la presencia judía dejó su impronta en estas ciudades. Destacan lugares como los antiguos cementerios judíos de Maguncia y de Worms o el Judenhof de Espira, un conjunto de sinagogas y baños rituales.
En la Edad Media, los judíos de estas tres ciudades del Rin se unieron para formar la comunidad de ShUM.
“Políticamente, socialmente, es una señal muy importante”, estima la alcaldesa de Espira, Stefanie Seiler.
Este es el primer Patrimonio de la Humanidad judío en Alemania. Testimonios de un rico pasado, que consiguieron sobrevivir a la destrucción de los pogromos antijudíos, la guerra y el nazismo.
Me parece un poco exagerado decir que Spira, Maguncia o Worms represetan “la cuna del judaismo europeo”. Esas tres ciudades eran apenas 4 casas unidas por arroyos de barro mucho tiempo después de la muerte de Moisés ben Maimon de Córdoba, Isaac Al Fasi de Lucena, Benjamin de Tudela, Salomon ben Adret de Barcelona, Moisés ben Nahman de Girona (Bonastruc ÇaPorta), los Ibn Tibón o los Ibn Nagrella de Granada, o tantos cientos y cientos de maestros judíos sefardíes que recogieron la antorcha de los Gaones de Sura, Pumbedita y Nehardea. Ellos sí fueron la cuna del judaísmo europeo. I’m sorry, askenazi people, pero no llevais la razón…
Me parece excelente que se hagan estas aclaratorias debidamente fundadas. En efecto, la ciencia histórica corrobora que los primeros grupos de la diáspora se asentaron en España, la antigua Sefard.
Me parece excelente que se hagan estas aclaratorias debidamente fundadas. En efecto, la ciencia histórica corrobora que los primeros grupos de la diáspora se asentaron en España, la antigua Sefard.