Martin Amis no es un recién llegado al que una gran editorial ningunearía sin rubor. Al contrario, es un escritor consagrado, autor de clásicos como London Fields o Money, con trece novelas a sus espaldas publicadas en múltiples países y cuyo nombre figura entre los grandes de la literatura británica de las últimas tres décadas. Pero también es un autor al que le gusta la provocación (dentro y fuera de sus novelas) y en esta era en la que la dictadura de lo políticamente correcto parece querer devolvernos al pasado, The zone of interest, su última novela, es un producto que no todo el mundo parece estar dispuesto a digerir.
Publicada en Reino Unido en agosto y en Estados Unidos en septiembre con excelentes críticas a ambos lados del Atlántico, esta novela ha sido rechazada por las editoriales francesa y alemana que durante los pasados diez años habían publicado su obra. La francesa Gaillimard no ha querido dar explicaciones sobre su negativa a traducir a Amis para el público francés. Y la respetable Hanser, en Alemania, le dio un portazo a su autor diciéndole que el libro no era “lo suficientemente convincente” según ha relatado él mismo en el diario Frankfurter Allgemeine. Sin embargo, el periodista que le entrevistó para ese diario escribió que en los círculos literarios alemanes se comentaba que el nuevo libro de Amis era “demasiado frívolo” para una editorial tan seria como Hanser, que sin embargo no había tenido problema en traducir sus últimas cinco novelas.
El pecado mortal de Zone of Interest, que en España publicará Anagrama, es que toca el tema más tabú de la cultura occidental. No, querido lector, el sexo hace mucho que dejó de ser tabú, lo que aún provoca sarpullidos es el holocausto. La novela de Amis se desarrolla en un campo de concentración imaginario a imagen y semejanza de Auschwitz y está narrado desde el punto de vista de tres comandantes nazis que se hacen preguntas como esta: “Si lo que hacemos es tan bueno, ¿por qué aquí huele tan profundamente mal?”. ¿Humor inglés? ¿Sarcasmo? ¿Un desliz del autor? Ahí radica ‘el problema’: el libro no es un dramón al más puro estilo La lista de Schlinder, de Steven Spielberg sino más bien una tragicomedia a lo La vida es bella, de Roberto Benigni. El diario The Guardian la ha definido como “una comedia bruta” y aunque su autor no la definiría así, todos los críticos la perciben como tal. Para Francia y Alemania, hablar del holocausto en términos que puedan incitar mínimamente a la sonrisa es algo aún difícil de concebir, al menos para dos editoriales mainstream como las citadas y más aún cuando una ola de antisemitismo parece volver a recorrer Europa.
No obstante desde Hanser se han defendido. “Nuestra decisión no tiene nada que ver con las sensibilidades que el holocausto provoca en Alemania. La decisión está basada en el contenido del libro y en valoraciones económicas”. Amis vende muchos menos libros en Alemania que sus connacionales Ian McEwan o Julian Barnes, pero… ¿es eso suficiente motivo para rechazar un libro que algunos críticos británicos han calificado como “el mejor libro británico de los últimos 25 años”?
Mientras en Alemania aún nadie ha levantado la mano para traducir The Zone of Interest, en Francia la editorial Calmann-Lévy será la encargada de llevarla a las librerías. “Si Gaillimard se está arrepintiendo por dejarle ir es su problema. Es un buen libro y no se ha escrito nada parecido. Y no es una comedia” señala Deborah Kaufmann, responsable de la editorial. Curiosamente ella rechazó publicar el también polémico Les Bienveillantes de Jonathan Littel, que también relataba el holocausto desde el punto de vista de un nazi (aunque tenía casi 1.500 páginas, un número que en la era de los 140 caracteres parece pesar como un plomo en las editoriales). En cualquier caso, la presencia del holocausto, más de medio siglo después de que ocurriera, sigue provocando tensiones más allá de la geopolítica. La cultura no parece poder librarse de su sombra, que hoy parece más alargada incluso que el siglo pasado, cuando lo políticamente correcto aún no se había adueñado de nosotros.
Este novelista se dice, especialista en crear monstruos. Mas monstruo que el. Pobre imbécil.
Pendejo!!
Solo basta ver su cara de elemento de la Gestapo
Bien merecido
Por reirse del Holocausto? Mal encabezado que se presta a generar rechazo a un extraordinario autor, cuando en el articulo no dice nada sobre que se haya burlado o algo parecido. Escribir una tragicomedia no es sinónimo de reírse sobre algo. Hay que leer sus obras como Mi Experiencia o Koba el temible, para darse cuenta que lo que hace Amis es tratar de entender lo incomprensible. Vaya, que para eso sirve la literatura.
Que bueno porque reirse del holocausto es de alguien que tiene problema mental.tampoco se puede escribir algo que produsca mofa o un entrenimiento comico si alguien no tiene ni la menor idea lo que realmente significa el holocausto por favor investigue primero antes de opinar . gracias
Voy a leer para opinar.
MB TAMBIÉN QUE HAYA JUSTICIA DIVINA.