El gobierno sirio condenó este lunes la evacuación de cientos de voluntarios de rescate sirios conocidos como Cascos Blancos, calificándolo como una “operación criminal” llevada a cabo por Israel y sus “socios”.
Los rescatistas y sus familias cruzaron la frontera desde Siria hasta los Altos del Golán antes de llegar a Jordania durante el fin de semana.
Israel dijo que cooperó con la evacuación a pedido del presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, y otros líderes, y que existían temores de que las vidas de los rescatistas estuvieran en peligro.
El gobierno sirio acusó a los Cascos Blancos, también conocidos como Syria Civil Defense, de ser una organización terrorista patrocinada por Occidente. El presidente Bashar Assad definió a la organización como parte de Al Qaeda en Siria.
Los Cascos Blancos funcionaron como un servicio de rescate en las áreas controladas por los rebeldes, donde sus voluntarios y a menudo trabajaron para salvar a las personas atrapadas bajo los escombros del bombardeo del régimen de Damasco.
La agencia estatal de noticias SANA, citando a un funcionario del Ministerio de Relaciones Exteriores, dijo que la evacuación “expuso la verdadera naturaleza de la organización conocida como los Cascos Blancos”, calificándola a su vez de “riesgo para la estabilidad y la seguridad” debido a su naturaleza terrorista”.
Mientras Assad recuperó áreas como Aleppo oriental y Ghouta, los socorristas se han ido en autobuses hacia las zonas del norte controladas por los rebeldes junto con combatientes y civiles.
Por su parte, una fuente del gobierno jordano dijo que 422 personas fueron traídas desde Siria, sobre la frontera de los Altos del Golán, por debajo de las 800 anunciadas anteriormente por el Ministerio de Asuntos Exteriores en Amman.
Los evacuados se mantendrán en un lugar “cerrado” en Jordania y se reubicarán en Gran Bretaña, Alemania y Canadá dentro de tres meses, dijo la fuente.
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