Cincuenta parlamentarios y senadores del Reino Unido dirigieron una carta al primer ministro polaco, Donald Tusk, en la que instan a Polonia a compensar a las familias judías que perdieron sus inmuebles víctimas de la ocupación nazi y del posterior régimen comunista.
La misiva recuerda que “Polonia tiene la responsabilidad de que los ancianos supervivientes del Holocausto, sus herederos y otras víctimas recuperen las propiedades que les fueron arrebatadas por los nazis o nacionalizadas después por los regímenes comunistas”.
Los firmantes, entre los que incluye el ex comisario europeo de Comercio Peter Mandelson, argumentan que, “por desgracia, Polonia destaca por no afrontar esta obligación e incluso por no reconocer su responsabilidad a las víctimas”.
“Polonia es el único Estado miembro de la Unión Europea y el único gran país del antiguo bloque comunista sin una ley para restaurar la propiedad expropiada a judíos y no judíos por los nazis o nacionalizada por gobiernos comunistas”, añade el texto.
Para los firmantes, “Polonia continúa beneficiándose injustamente de la propiedad privada de esas víctimas”.
Los sucesivos gobiernos polacos desde la llegada de la democracia se han comprometido a introducir una ley para restituir las propiedades a sus antiguos dueños, entre los que, además de judíos de origen polaco, se encuentran numerosos aristócratas que fueron despojados de sus inmuebles por el comunismo.
En abril de 2011 el presidente de Polonia, Bronislaw Komorowski, reconocía que “la ausencia de una ley sobre la restitución de bienes es una vergüenza para el país”.
Según ha explicado en numerosas ocasiones el Ejecutivo polaco, la crisis financiera mundial es la principal culpable de que todavía no se haya sacado adelante la citada norma.
En la actualidad las reclamaciones relativas a la restitución o compensación por incautaciones se resuelven individualmente en los tribunales cuando los interesados inician el costoso y lento procedimiento judicial.
Alrededor del 90 por ciento de la población judía antes de la II Guerra Mundial fue asesinada durante el conflicto y, posteriormente, el nuevo régimen comunista nacionalizó todas las fincas de más de 50 hectáreas y numerosos edificios, fábricas e instalaciones privadas.EFE
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