Fray Francesco Patton agradece el reconocimiento y pide a los presentes tener en sus oraciones a los frailes que intentan vivir en vocación en Tierra Santa y en todo el Medio Oriente así como para toda la población tocada por la guerra, la violencia y el terrorismo
El Teatro Auditorio del Revellín acogía este jueves por la tarde la XVI edición del Premio Convivencia Ciudad de Ceuta, que este año ha sido concedido a los Franciscanos de la Custodia de Tierra Santa.
El acto daba comienzo alrededor de las 20.00 horas en un auditorio que, sin completar su aforo si registró una muy buena entrada.
Pocos minutos después de las 20.00 horas, daba comienzo este tradicional acto, en el que las cuatro culturas estuvieron muy presentes tal y como así que constatado con la primera interpretación musical, el Ave María de Gullio Caccini, con una serie de arreglos que la hicieron más especial si cabe gracias a esas incursiones de rasgos de las culturas que conviven en la ciudad y que arrancaron los primeros aplausos del público asistente.
Seguidamente, el joven abogado Alberto Aflalo, perteneciente a la comunidad judía de Ceuta, fue el encargado de ofrecer a los asistentes un hermoso poema sobre la celebración del ‘Shabat’ bajo el título ‘Recuerdos’, para seguidamente pasar a la proyección de un video sobre la Fundación Premio Convivencia así como de los Custodios de Tierra Santa, los galardonados en esta decimosexta edición.
Tras estas proyecciones se procedió a dar lectura al acta del Jurado de la XVI Edición del Premio Convivencia por el que se le concedía este galardón a los Franciscanos Custodios de Tierra Santa.
El encargado de hacer entrega de este galardón, dotado con 30.000 euros y una estatuilla de la escultora ceutí, Elena Laverón.
Con este galardón, la Ciudad reconoce el “ejemplo de integración y convivencia de los Franciscanos Custodios de Tierra Santa, en los que, más allá de la fe de cada uno, el primer objetivo es la paz”.
Fue fray Francesco Patton, custodio de Tierra Santa, el encargado de recibir de manos del presidente Vivas, este galardón, para seguidamente tomar la palabra, y saludar a los presentes como lo hacía San Francisco, “el Señor os dé la paz”.
Patton quiso expresar su agradecimiento por el galardón concedido, reconociéndose así la labor social que realiza la Congregación en favor de la paz y la concordia así como en el fomento de la tolerancia, la conciliación y el diálogo entre las distintas culturas, poniendo de relieve que “el enriquecimiento cultural mutuo es un puente de unión y conexión entre religiones”.
Durante su intervención, el fraile franciscano realizó un recorrido por la congregación, la cual se sitúa en Israel, Palestina, Jordania, Líbano, Chipre, Rodas, Egipto, Italia, Estados Unidos y Argentina, y que está compuesta por 270 frailes de más de 40 naciones.
Así detalló algunas de las actividades que caracterizan su misión como el mandato por parte de la Santa Sede de custodiar los Santos Lugares de la cristiandad (unos 70 santuarios) proporcionando trabajo a la población local; desarrollan el servicio pastoral en sus 23 parroquias de rito latino y atendiendo a los cristianos de Medio Oriente; mantienen un importante compromiso con el sector educativo y cultural, reconociéndose el modelo de convivencia y diálogo interreligioso el cual contribuye a crear y promover un clima de convivencia pacífica entre la mayoría musulmana; en el ámbito cultural puso de relieve el trabajo que realizan desde el Estudio Bíblico Franciscano de la Flagelación, del Centro del Muski en el Cairo y del Instituto Magníficat de Jersualén; y finalmente en el ámbito social mostró su compromiso par sostener la presencia cristiana en Medio Oriente, reforzándose en el último año el servicio a los emigrantes y refugiados.
Fray Francesco Patton no quiso dejar pasar la ocasión para dedicar la parte final de su discurso al compromiso que mantienen en Siria, una tierra “particularmente importante para la historia del cristianismo”, ya que tal y como indicó, “Siria es la segunda cuna del cristianismo” y donde los franciscanos han pagado a través de los siglos un tributo de sangre y martirio.
También quiso homenajear a los frailes Ignacio Peña y Fomualdo Fernández así como Pasquale Castellana por el gran trabajo que vienen realizando para redactar la historia de la Iglesia cristiana en Siria de los primeros siglos.
Patton ha destacado que actualmente los frailes franciscanos permanecen ayudando a lagente de Damasco, Lataquía, Alepo, Knaye y Yakubie, no cejando en su labor de animar y sostener a la comunidad cristiana local.
Antes de despedirse, pidió a los presentes tener un recuerdo en las oración para los frailes que intentan vivir en vocación en Tierra Santa y en todo el Medio Oriente así como para toda la población tocada por la guerra, la violencia y el terrorismo, a la vez que quiso mostrar la cercanía de la congregación franciscana hacia las personas que también han sufrido actos de violencia y terrorismo durante este año.
Finalmente, la gala concluyó con la interpretación del coro Azzohor del Centro Al Idrissi de la canción ‘El clamor de la infancia’.
Tras este tradicional acto, alrededor de las 21.00 horas, daba comienzo la segunda edición de la Muestra Gastronómica Intercultural Nuestros Sabores, también organizada por la Fundación Premio Convivencia y en la que colaboraron las comunidades cristiana, musulmana, hindú y hebrea. Esta muestra estuvo abierta al público, siendo el precio de las tapas de dos por un euro, indicándose que esa recaudación irá íntegra para la Asociación Banco de Alimentos de Ceuta.
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