Estados Unidos y Rusia comenzaron el jueves las negociaciones sobre el plan ruso para que Siria entregue sus armas químicas, mientras que Damasco solicitó formalmente unirse a la convención que prohíbe el uso de ese armamento.
Pero el secretario de Estado de Estados Unidos, John Kerry, remarcó que todavía podría ser necesario el uso de la fuerza si la diplomacia falla.
“Esto no es un juego”, dijo Kerry junto al ministro de Relaciones Exteriores ruso, Sergei Lavrov, tras el inicio de las conversaciones en Ginebra que buscan asegurar la entrega de las armas químicas sirias a la comunidad internacional. Las conversaciones son parte de un intento diplomático que hizo que el presidente Barack Obama suspendiera sus planes de atacar Siria en respuesta al uso de armas químicas contra civiles cerca de Damasco, el 21 de agosto.
Washington acusa al gobierno del presidente Bashar al-Assad por un ataque con gas venenoso que causó la muerte de mil 400 personas en suburbios de Damasco dos semanas atrás.
La ONU dijo el jueves que había recibido un documento de Siria para unirse a la Prohibición de Armas Químicas (OPAQ), algo que Al-Assad había prometido como parte de un acuerdo para evitar ataques aéreos de Estados Unidos.
La decisión terminaría con el estatus de Siria como uno de los siete países fuera de la convención internacional que veta el almacenamiento de armas químicas.
Washington advirtió de inmediato a Siria de no llevar adelante tácticas dilatorias.
En una entrevista con la televisión rusa, Al-Assad dijo ayer que su país entregaría su arsenal si Estados Unidos dejaba de lado las amenazas.
Kerry sostuvo que cualquier acuerdo debe ser “verificable, creíble e implementado a tiempo”. El diario The Wall Street Journal informó anoche, citando fuentes estadounidenses, que tropa secreta de Al-Assad dispersó armas químicas en Siria.
El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, señaló por su parte su satisfacción por el paso dado por Siria.
El presidente ruso Vladimir Putin dijo que resulta extremadamente peligroso que Estados Unidos se vea como un país excepcional, por lo que debe guiarse por el derecho internacional y evitar una costosa intervención militar en Siria. “Es extremadamente peligroso alentar a la gente a que se vea como excepcional, cualquiera que sea la motivación”, señaló el mandatario ruso en un artículo en el diario The New York Times.
Artículos Relacionados: