La iniciativa palestina para que la UNESCO declare al santuario más sagrado del judaísmo, el “Kotel Hamarabí” (Muro Occidental, conocido en el mundo gentil como Muro de los Lamentos) como un sitio musulmán es “un intento de distorsionar la historia”, expresó el Ministerio de Exteriores.
La UNESCO, la agencia cultural de la ONU, tiene programado votar hoy, Martes, el proyecto concerniente al Kotel de Jerusalén.
La cancillería calificó la propuesta como “un intento de distorsionar la historia y borrar la conexión del pueblo judío con su lugar más sagrado para crear una falsa realidad”.
Seis países árabes musulmanes -Argelia, Egipto, Kuwait, Marruecos, Túnez y los Emiratos Árabes Unidos- presentaron la propuesta en la UNESCO en nombre de los palestinos -. La moción se refiere a Jerusalén como “la capital ocupada de Palestina”.
Se estima que el proyecto de resolución tiene buenas posibilidades de ser aprobado, porque la mayoría de los miembros de la UNESCO han aprobado históricamente las mociones palestinas.
La viceministra de Exteriores, Tzipi Hotovely, condenó la iniciativa, señalando que: “Este vergonzoso y engañoso intento palestino de reescribir la historia fracasará”.
El “Kotel” es uno de los pocos vestigios del muro de contención que sostenía la meseta artificial sobre la que se erigía el antiguo Templo, destruido por los romanos hace aproximadamente dos mil años. Es un sitio de de oración para los judíos, y una de las paradas principales de la mayoría de las visitas al país. Se encuentra en posición adyacente al Monte del Templo, que es el sitio más sagrado para los judíos.
Según el Congreso Judío Mundial, la propuesta culpa a Israel por la actual escalada de violencia y busca confirmar una decisión anterior de la UNESCO que declara a la Cueva de los Patriarcas (Mearat Hamajpelá) y a la Tumba de Rajel (Raquel) como partes del Estado palestino.
El presidente del Congreso Judío Mundial, Ronald Lauder, manifestó que la adopción de esta resolución exacerbará las tensiones en Israel.
La propuesta “va en contra de la Constitución de la UNESCO, que establece claramente que el objetivo de la organización es contribuir a la paz y a la seguridad promoviendo la convivencia”, apuntó Lauder. “Sería una burla a este principio fundamental si el Consejo Ejecutivo de la UNESCO respalda una resolución de ese tipo. La UNESCO no debe convertirse en un campo de batalla para los conflictos entre las religiones”.
Otras organizaciones judías, incluidas la Unión Ortodoxa y Bnai Brith Internacional, también condenaron la propuesta.
“Llamamos a la comunidad internacional a reconocer que esta resolución es absurda”, reclamó Nathan Diament, director ejecutivo de políticas públicas de la Unión Ortodoxa.
El embajador de Israel en la UNESCO, Shama Hacohen, manifestó que “el pueblo judío y el Muro Occidental son uno solo y las posibilidades de islamizar al Muro Occidental son las mismas que la de islamizar a los judíos de Europa. Incluso después de la votación, la bandera israelí seguirá flameando sobre el Muro”.
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