Horas cruciales en medio de la guerra entre Israel y Gaza le esperan al estudiante sonorense Tomás Israel Grijalva Rodríguez y su esposa Ashley Azucena Pasos Trujillo, quienes buscan salir de territorio israelí para retornar a México.
Creo que el tiempo juego en contra de nosotros y lo prioritario es salir del país y ya estando en otro país que no esté en guerra, buscar como llegar hacia México”, dice Tomás Israel, quien estudia su segundo doctorado en la Universidad Ben-Gurion, ubicada en Beersheba, una ciudad que se encuentra a alrededor de 50 kilómetros de la Franja de Gaza, epicentro de los bombardeos.
El sonorense de 39 años es egresado del Instituto Tecnológico de Sonora (Itson), tiene una maestría y doctorado por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), y otra maestría por la Universidad de León de España. Él llegó a Israel en marzo de 2020, poco antes a la declaratoria de pandemia de Covid-19, a cursar un doctorado en Geoquímica ambiental y sedimentos marinos con el plan de concluir en marzo de 2024.
La vida era tranquila hasta que la madrugada del sábado pasado se registró el ataque terrorista de Hamás contra Israel que, según las agencias internacionales, ha dejado más de 2 mil 800 muertos y casi 10 mil heridos, además de que ha provocado conmoción y tensión mundial.
“Hasta ayer (miércoles en Israel) para mí había sido muy tranquilo de cierta manera, pero hablando con otros estudiantes de otros países y viendo cómo se están moviendo, ya nos empezó a entrar el pánico”, dijo en una entrevista telefónica desde su departamento en Beersheba, donde arreglaban sus cosas para emprender el viaje para regresar con su familia a Hermosillo.
Tomás Israel y su esposa Ashley Azucena viven en unos dormitorios de la universidad que, como otros departamentos y residencias en Israel, tiene una pieza de seguridad en la parte de abajo del edificio; es un búnker para protegerse de cualquier tipo de ataque o movimientos de aire o agua.
En ese sitio, la pareja ha hecho un campamento, ahí han dormido y prácticamente vivido desde que estalló la guerra y en la ciudad no ha habido daños fuertes.
Lo más grave que ha pasado hasta ahorita es que hay un misil, pero cayó en un lote de aparcamiento de un edificio es lo más grave, pero creo que ni siquiera lastimó a nadie, gracias a Dios, solamente es lo más grave, gracias a Dios Beersheba está bastante resguardado y tranquilo en eso”.
El estudiante sonorense recuerda cómo fue ese sábado de los ataques contra misiles:
“Estábamos dormidos, fue muy temprano, alrededor de las seis de la mañana de aquí. Recuerdo que empezó a sonar mi teléfono porque tenemos una aplicación desde que estamos acá que te avisa cuándo hay un atentado, alguna bomba, te llega la notificación y te da instrucciones de lo que debes hacer y hacia dónde correr.
El día de los bombardeos, el 7 de octubre pasado, se celebraba una de las festividades más importantes de los judíos y por ello toda la tecnología y teléfonos se apaga; el transporte se paraliza y nadie trabaja.
Por eso tomó de sorpresa a medio mundo porque era ‘shabat’ y aparte las fiestas, no me acuerdo cómo se llama bien la fiesta; se acabó el “Sucot”, así se llama la fiesta en general, pero era un día muy especial, era como el día del Torá (objeto sagrado que contiene la palabra de Dios para los judíos), en la que la festividad es como sacar la Torá a la calle y pues todo mundo se pone muy feliz alrededor de ella.
“Hay como baile, sobre todo los judíos ultraortodoxos, pero con una peculiaridad es que no se usan los celulares o la tecnología, de hecho, prender el switch de la luz está prohibido entonces imagínate cómo tomó a todos por sorpresa, pues cuando esta aplicación no la tenían activada o quizás tenían los teléfonos apagados”, narra.
En estos días él ha salido de la pieza de seguridad a adquirir alimentos, pero ahora los supermercados están casi vacíos hay escasez de productos como pan y huevo porque la gente hizo compras de pánico y también porque como se trató de un ataque sorpresivo se abasteció a los campamentos militares.
“Todo mundo empezó a hacer su lonche, la gente se solidarizó y empezó a darles comida a los soldados, esa tarde del atentado y un día siguiente se sentía un ambiente de unidad, de vamos a echarle ganas, vamos a levantarnos y, sí, todavía eso está si tú vas a ciertas partes a las salidas de las ciudades, la gente se pone en estos sitios o puntos estratégicos a dar comida, a dar palabras de ánimo, a aplaudir a la gente”.
“Después que se empezó a revelar todo lo que hicieron los de Hamás, para ellos fue cómo que esto jamás había ocurrido, esto es totalmente nuevo, les empezó a entrar el temor y la gente empezó a tomar otra actitud de que esto es muy grave, algo muy grande nos va a pasar, y ya después nos empezaron a decir si puedes salir vete”, explica Tomás Israel.
Él y su esposa buscaban ayer la forma de salir de Beersheba y trasladarse por tierra por alrededor de dos horas a Tel Aviv para encontrarse con otros mexicanos en las oficinas de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE), de donde los llevarán en transporte terrestre a Jordania.
El sábado, dice, será complicado porque es el “shabat” (día sagrado judío) y prácticamente todo se paraliza por lo que deberán encontrar cómo trasladarse a la sede diplomática y llegar a las 7:00 horas de la mañana.
“Es algo bastante frustrante porque no sabemos a dónde ir, les decía que si Relaciones Exteriores abriera un lugar donde pudiéramos estar, porque como mañana es el ‘shabat’ y bajo las condiciones que hay, dudo que vayamos a encontrar una forma de transportarnos, los taxis en ‘shabat’ normalmente son muy caros y creo que bajo el escenario actual es impagable, y además somos algunos y estamos optando de irnos mañana temprano cuando todavía hay tren y de ahí nos vamos a estar movilizando hacia Relaciones Exteriores y ver de qué forma y dónde nos resguardamos mientras sea el horario de ahí”, señala.
La salida de Israel a Jordania será en transporte terrestre y confían en que esté tranquilo porque son zonas pequeñas donde los terroristas generalmente no se mueven ya que ahí convergen las fronteras de Jordania y Egipto.
El tiempo es prioritario ahorita pues estamos decidiendo por esta opción de salir, lo importante es salir y ya después ver cómo regresamos (a México)”, comenta Tomás.
El salir del aeropuerto de Tel Aviv no es opción porque están cancelando vuelos y la gente tienen que esperar para ver si consigue un boleto a cualquier lugar para abandonar Israel, por lo que él y su esposa decidieron que una vez que lleguen a Amán, capital de Jordania, buscarán un vuelo a Chipre, Estambul o algún lugar de Europa con destino final a México.
Sobre los dos aviones que el Gobierno mexicano envió a Israel para trasladar a mexicanos, cuenta que lo conoció por las noticias y que acudieron muchos a registrarse, pero había una lista de prioridad con turistas, personas adultas o enfermas.
Somos un ‘chorro’, la gente por la que vienen (los aviones) realmente es por los turistas, que no tiene donde guarecerse, que no estaba en sus planes que se enfrentaría a una guerra, sino que venían a disfrutar e irse, y se entiende”, comenta.
En los últimos días al ver que sus amigos y compañeros de la universidad de otras nacionalidades optaron por salir de Israel con apoyo de sus embajadas, decidió hacer lo mismo, pero no tuvo el mismo apoyo de la embajada mexicana.
“He estado conectándome con la embajada, con la Secretaría de Relaciones (Exteriores) de México y pues no tienen información, al parecer hay una lista de las personas que quieren salir del país y me dicen que la opción es, nosotros comprar el vuelo. En la universidad donde estudia tienen estrictas medidas de seguridad y mantienen informados a los universitarios, destaca Tomás Israel, como lo hicieron durante la pandemia de Covid-19, incluso después de que los misiles cayeron, les dijeron que podían regresar a la escuela a hacer su vida normal, pero en unos días todo cambió.
“Todo ha escalado y ahora se ve un escenario más difícil, hablando con otros estudiantes ellos ya decidieron irse, sus embajadas desde antes empezaron a decirles salgan del país, mandaron por ellos, por la gente que tenía una necesidad, a los demás amigos de la India ahorita los están evacuando y a los que les dieron la opción incluso les mandaron los tickets (de vuelo).
Vimos un movimiento más ágil de otros países, hay otros países que de plano están muy lentos, cada país tuvo una reacción distinta”, explica.
Aunque entre los israelíes se siente la unión, el escenario es distinto para los extranjeros.
“Cuando ves que los demás estudiantes internacionales se están yendo, amigos que tenía de la universidad que son israelíes ahorita están al frente, por lo que ahorita prácticamente las universidades se quedaron vacías, también hijos de nuestros amigos latinos que tienen ya toda una vida aquí están en el frente y pues prácticamente nos estamos dando cuenta que nos estamos quedando solos, entonces preferimos salir del país, y esa soledad de alguna manera te pone nervioso”, reconoce.
Estar en medio de una guerra es difícil y así lo explica Tomás Israel:
Creo que a nadie nos gusta ir a lo desconocido bajo una incertidumbre como esta guerra y aunque yo sé que Israel tiene la tecnología y todos los medios para proteger a sus ciudadanos y a la gente que estamos de invitados, pues sigues teniendo cierto temor, sobre todo de atentados”.
Que se asustaron yo entiendo. Que no es simpatico yo entiendo…
Pero que “pasaron peligro”? Estuvieron entre gente de Sinaloa?