Waldo Ezequiel Wolff, diputado por la provincia de Buenos Aires a la Cámara de Diputados de Argentina, es una de las voces de la comunidad internacional que se ha solidarizado con la difícil situación que atraviesa Venezuela.
El diputado argentino condena de forma constante el carácter dictatorial y violador de derechos humanos del régimen de Nicolás Maduro.
Wolff conoce el guión de persecución y asedio que aplican los gobiernos totalitarios contra sus adversarios: llegó a las portadas de los diarios oficialistas argentinos durante 2015 por la dudosa muerte del fiscal Alberto Nisman, de quién era allegado.
Sus pronunciamientos lo llevaron a ser víctima de hostigamiento, intimidación y amenazas. Incluso llegó a ser denunciado por traición a la patria debido a unos tuits que difundió la entonces presidenta, Cristina Fernández de Kirchner.
El legislador también fue dirigente comunitario en la Sociedad Hebraica Argentina, vicepresidente y presidente de la Federación Argentina de Centros Comunitarios Macabeos (Faccma); vicepresidente de la Confederación Latinoamericana Macabi (CLAM); y vicepresidente de la DAIA (Entidad política de la Comunidad Judía en la Argentina).
El pasado 5 de julio, día de Declaración de la Independencia de Venezuela, Wolff dedicó unas sentidas palabras de solidaridad a los venezolanos que se concentraron en la plaza San Martín para realizar un acto en defensa de la democracia en Venezuela y contra la dictadura de Maduro.
Parte del discurso decía:
“Nos conmueve ver los carteles de las víctimas, con las edades de las víctimas. Hay una dictadura en Venezuela que está matando jóvenes desarmados, nada más en contra de los valores de la civilidad y aquellos que venimos habitualmente a éstos actos nos conmovemos y ustedes los venezolanos nos agradecen. Yo quiero decirles que no tienen absolutamente nada que agradecer, nosotros no estamos haciendo otra cosa que lo que establece la Constitución Nacional. Nuestra Constitución consagra la libertad y la defensa; y la libertad no solamente para nosotros, dice para nuestra posteridad y para todos los hombres del mundo que quieran habitar el suelo argentino. Así que pedirles que no cesen en su lucha, que nosotros vamos a estar de éste lado de la pelea; es una pelea larga, dura, triste, pero es una pelea que no se puede perder porque en ésto le va la vida a tantos jóvenes que estamos viendo, los abrazamos fuerte y estamos con ustedes”.
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