La escena es en un elegante salón donde se encuentra Susana, sola, lloriqueando tristemente mientras observa un álbum de fotos, entra Daniela…
Daniela: Hola.
Susana: Pero dime, ¿cómo entraste?
Daniela: La puerta estaba abierta.
Susana: Es que acaba de irse mi psicólogo, ¿y a qué vienes?, ¿a disfrutar mi duelo?, ¿mi dolor?
Daniela: Por una vez, no puedes dejar de ser tan hiriente.
Susana: Deja que me ría, ja..ja..ja.., tu no solo fuiste hiriente, sino también una mala amiga.
Daniela: No tienes razón en decir eso.
Susana: Que no tengo razón, tú…, que se supone que eres “mi mejor amiga” me abandonaste en uno de los peores momentos de mi vida
Daniela: Pero…
Susana: No hay pero que valga, huiste como una cobarde, justo cuando Lolita se fue a estudiar a los Ángeles y Nicolás se enfermo.
Daniela: Tranquilízate, quiero que hablemos, no es tan fácil romper esta amistad que tenemos desde nuestra adolescencia.
Susana: La verdad es que no entiendo como pude estar ciega durante tantos años.
Daniela: El que no haya tenido una buena relación con Nicolás, “que en paz descanse” no significa que nuestra amistad no haya sido sincera.
Susana: Nunca entendí porque odiabas a Nicolás.
Daniela: Es que no era odio, simplemente no lo soportaba.
Susana: Siempre pensé que me tenías celos.
Daniela: Celos de Nicolás…., por favor como puedes decir semejante tontería.
Susana: Es la verdad, te molestaba verlo tan cerca de mi, cariñoso y sobre todo tan fiel.
Daniela: ¡Fiel…! se nota que el amor te cegaba, y no te dabas cuenta como andaba tras de cualquier par de piernas.
Susana: No es cierto.
Daniela: Si es cierto, yo misma me alejaba de el discretamente para que no te dieras cuenta.
Susana: Si viniste para abrirme más las heridas, mejor vete…
Daniela: Vine a darte las condolencias y como siempre a acompañarte en tus penas.
Susana: Vete, no te necesito, ya no te creo.
Daniela: Pero amiguita, como hoy es el día de la mujer, te traje un regalito como siempre acostumbrábamos a celebrar esta fecha, pensé que seria un buen pretexto para limar nuestras desavenencias
Susana: Con una condición.
Daniela: Bueno ya veo que vuelves a ser la misma amiga de antaño, interesada, pero aun así te quiero mucho.
Susana: La condición es que me ayudes a buscar un nuevo compañero.
Daniela: Un nuevo compañero? Pero Susana, si el cuerpo de Nicolás aún esta fresco
Susana; Eso no es excusa para que yo este sola
Daniela: Y dime ¿dónde quieres ir a buscarlo?, ¿acaso en la calle?
Susana: No, por medio de la computadora y como tu eres una experta, necesito que me ayudes.
Daniela: Ya veo que sigues siendo la misma consentida de siempre, pero si esa es tu condición para reconciliarte conmigo, la acepto, vamos te acompaño.
Susana: Gracias amiga.
Daniela: Espera yo también tengo una condición.
Susana: Y ¿cuál es?
Daniela le entrega un regalo
Daniela: Ábrelo y lo verás…
Susana abre el regalo y encuentra una correa muy bonita.
Daniela: Esta es mi condición, que siempre tengas bien amarrado a tu nuevo perrito cuando yo venga a visitarte.
Susana: Al final somos dos grandes amigas, dos grandes mujeres, feliz día de la mujer
Se abrazan alegremente…
Artículos Relacionados: